Aunque lo que observe a primera vista en la fotografía le parezca una caseta 'de miedo' de las fiestas, se equivoca.
No por el parecido y el decorado, sino porque su utilización es muy diferente. Ubicada en el paseo de las Ninfas, junto al río Miño, teóricamente era un servicio para hombres, el único en todo el recorrido, pero que no realiza su función pues el Concello lo tiene abandonado.
