La acción que realiza este hombre en las termas do Muíño puede considerarse como un auténtico peligro si mira la temperatura con un termómetro de mercurio. Si llegara a romper sí que sería peligroso, pues se trata de un metal muy tóxico, incluso en bajas concentraciones, principalmente para los peces. No es la persona adecuada para decidir qué temperatura y en que poza, pues esa labor ya está asignada a una persona. Para evitar situaciones como esta el Concello de Ourense debería colocar unos termómetros eléctrónicos que estuvieran continuamente dando información de la temperatura del agua a los usuarios.