En Ourense los ciudadanos tenemos que soportar un estrechamiento de las aceras a causa de las mesas y sillas de las terrazas, pues los peatones terminan chocando con el mobiliario y las personas con carros de bebé y en silla de ruedas tienen difícil pasar. El Concello de Ourense debería imitar a otras villas de la provincia, donde los aparcamientos de vehículos frente al negocio se acotan y se convierte en una amplia terraza, con libre paso para peatones por la acera, mientras el hostelero reflota su negocio.
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