Los tornillos no se sueltan solos

A pesar de que el Ayuntamiento tenga suficientes méritos para culparle del abandono de las zonas de esparcimiento, hay también que reconocer que en este apartado la ciudadanía colabora en gran medida, como sucede con este maltratado banco del paseo del Barbaña, cuyos tornillos no se soltaron solos de su anclaje, ni la basura apareció allí por encantamiento.
Buena parte de la población desconoce unas normas de urbanidad que antes se enseñaba a partes iguales entre la familia y la escuela.

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