El equipo de gobierno del Concello de Carballiño transmitirá a la Consellería de Cultura su preocupación por el retraso en el acondicionamiento de la torre del templo de A Veracruz, con más de medio siglo de antigüedad. Una memoria valorada para la con solidación de la estructura fue elaborada hace seis años por un arquitecto de la familia Otero, constructora de la iglesia. Según apuntaron fuentes de Patrimonio, os técnicos están a traballar na actualización do proxecto e a súa validación económica.
Las obras de acondicionamiento de la torre del templo parroquial de A Veracruz, en Carballiño, están sufriendo una demora que preocupa al equipo de gobierno del Concello, teniendo en cuenta que existen una memoria técnica presentada ante la Dirección Xeral de Patrimonio y el Obispado en 2002.
El alcalde, Carlos Montes, recordó ayer que o mesmo delegado provincial da Consellería de Cultura estivo visitando a igrexa no mes de setembro de hai dous anos e anunciou que o seu departamento ía financiar unha parte importante dos traballos. Por este motivo, el Concello carballiñés remitirá un escrito a la consellería a fin de coñecer a situación de trámite na que se atopa o anteproxecto, e os posibles prazos para a súa execución, apuntó el regidor.
La propuesta técnica había sido elaborada por el arquitecto Adolfo Otero Janeiro, perteneciente a la familia que llevó a cabo la edificación de A Veracruz, y remitida a la Xunta para su aprobación en el año 2002 con un presupuesto aproximado de 120.000 euros. Las obras consisten en la reparación de las grietas de la estructura de la torre -con más de medio siglo da antigüedady la habilitación de unos pasos entre la escalera de acceso a la cúspide y los cuatro torreones perimetrales.
Comisión Los trabajos también contemplan la reposición de las canalizaciones de aguas pluviales y la impermeabilización de las cubiertas laterales. Fuentes de la Dirección Xeral de Patrimonio indicaron que os técnicos están a proceder á revisión, actualización e nova valoración económica do proxecto inicial, que será posto a disposición da Consellería de Cultura e da comisión que integran Xunta e Igrexa para a súa validación. En el mismo sentido, las mismas fuentes aseguraron que hai un compromiso firme por parte de Patrimonio para facer un investimento importante, que incluso podería chegar ó 100% do custe total. Al respecto, los responsables de la consellería valoran que el templo carballiñés de A Veracruz fue declarado por la propia Xunta como Ben de Interese Cultural (BIC) en el año 199.
Reposición del alumbrado exterior
Los actos vandálicos y la sustracción de los elementos lumínicos dejaron A Veracruz sin alumbrado exterior, motivando las quejas de los vecinos del entorno. Así, los técnicos de electricidad del Concello carballiñés instalaron unos 30 nuevos focos en el atrio del templo y repusieron los dañados en los últimos meses.
Además, el taller de empleo municipal diseñó unas jaulas de protección para las lucernarias con el fin de evitar su rotura.
La obra de Palacios está inconclusa
La construcción del templo fue iniciada por la empresa de Adolfo Otero Landeiro en 1943 y finalizada parcialmente en 1957 por sus tres hijos, siguiendo las pautas del arquitecto Antonio Palacios. Sin embargo, los trabajos en la torre que comenzaran en 1949 no concluyeron hasta 1961, tras el fallecimiento del párroco Evaristo Vaamonde. El proyecto del técnico pontevedrés contemplaba una gran cruz coronando la cúspide que nunca se construyó.
El alcalde, Carlos Montes, recordó ayer que o mesmo delegado provincial da Consellería de Cultura estivo visitando a igrexa no mes de setembro de hai dous anos e anunciou que o seu departamento ía financiar unha parte importante dos traballos. Por este motivo, el Concello carballiñés remitirá un escrito a la consellería a fin de coñecer a situación de trámite na que se atopa o anteproxecto, e os posibles prazos para a súa execución, apuntó el regidor.
La propuesta técnica había sido elaborada por el arquitecto Adolfo Otero Janeiro, perteneciente a la familia que llevó a cabo la edificación de A Veracruz, y remitida a la Xunta para su aprobación en el año 2002 con un presupuesto aproximado de 120.000 euros. Las obras consisten en la reparación de las grietas de la estructura de la torre -con más de medio siglo da antigüedady la habilitación de unos pasos entre la escalera de acceso a la cúspide y los cuatro torreones perimetrales.
Comisión Los trabajos también contemplan la reposición de las canalizaciones de aguas pluviales y la impermeabilización de las cubiertas laterales. Fuentes de la Dirección Xeral de Patrimonio indicaron que os técnicos están a proceder á revisión, actualización e nova valoración económica do proxecto inicial, que será posto a disposición da Consellería de Cultura e da comisión que integran Xunta e Igrexa para a súa validación. En el mismo sentido, las mismas fuentes aseguraron que hai un compromiso firme por parte de Patrimonio para facer un investimento importante, que incluso podería chegar ó 100% do custe total. Al respecto, los responsables de la consellería valoran que el templo carballiñés de A Veracruz fue declarado por la propia Xunta como Ben de Interese Cultural (BIC) en el año 199.
Reposición del alumbrado exterior
Los actos vandálicos y la sustracción de los elementos lumínicos dejaron A Veracruz sin alumbrado exterior, motivando las quejas de los vecinos del entorno. Así, los técnicos de electricidad del Concello carballiñés instalaron unos 30 nuevos focos en el atrio del templo y repusieron los dañados en los últimos meses.
Además, el taller de empleo municipal diseñó unas jaulas de protección para las lucernarias con el fin de evitar su rotura.
La obra de Palacios está inconclusa
La construcción del templo fue iniciada por la empresa de Adolfo Otero Landeiro en 1943 y finalizada parcialmente en 1957 por sus tres hijos, siguiendo las pautas del arquitecto Antonio Palacios. Sin embargo, los trabajos en la torre que comenzaran en 1949 no concluyeron hasta 1961, tras el fallecimiento del párroco Evaristo Vaamonde. El proyecto del técnico pontevedrés contemplaba una gran cruz coronando la cúspide que nunca se construyó.
