Centenares de personas participaron en la vigésimo tercera edición de la comida popular y en los desfiles, con folións y coloridas comparsas
Carballiño puso el punto y final a su Entroido con una multitudinaria jornada en la que la cachucha fue la reina indiscutible, aunque no la única atracción, con dos desfiles que dieron mucho colorido a la villa durante todo el día pese a las inclemencias meteorológicas.
La fiesta comenzó a mediodía, con el primero de los desfiles, en los que ya se dejaron ver los folións y las comparsas, con participantes de todas las edades con muchas ganas de pasarlo bien y de enseñar sus disfraces antes de guardarlos hasta el año que viene. No faltaron Comparsa Ciklón, Comparsa Os da Caña, Folión de Fradelo, Folión Arrieiros de Petín, Folión de Tameirón e Viticultores de Vilamarín, además de la murga carballiñesa Os Liborianos. En total, hubo más de medio millar de participantes.
Después, llegó el momento de recargar las pilas en alguno de los 25 restaurantes y mesones de Carballiño que abrieron sus puertas para servir la cachucha. Las estimaciones de la hostelería apuntan a más de 3.000 raciones vendidas en la jornada, con menús que oscilaban entre los 12 y los 25 euros.
Por la tarde, a las 18,00 horas tuvo lugar el segundo desfile de la jornada, también con mucha participación.
