Las obras respondieron a las quejas por problemas como termitas, humedades o cortes de luz
Los vecinos y equipo sanitario de Piñor tienen ya a su disposición un centro de salud en condiciones. Después de varios años soportando importantes deficiencias –los trabajadores reclamaron arreglos a Sanidade ya en 2013–, finalmente la Gerencia de gestión integrada del Complejo Universitario Hospitalario de Ourense, Verín y O Barco se hizo cargo de las reformas, cuyas obras ya han finalizado. Se cierra así una etapa en la que usuarios y trabajadores han tenido que soportar puertas carcomidas por termitas, cristales rotos o cortes de luz.
Además, se ha llevevado a cabo una restauración de la cubierta, cambiando por completo la parte que corresponde a la fachada principal, mientras en el resto se cambiaron tejas y se fijaron con espuma, con el fin de acabar con las filtraciones de agua al interior del edificio, que constituía uno de los más graves problemas.
Cristales rotos y termitas
En el plan de obras se incluyó la reposición de cristales que llevaban años rotos y se instaló un nuevo calentador de agua. También fueron sustituidos los marcos de las puertas, que estaban carcomidos por las termitas y se repuso la escayola en donde fue necesario. Asimismo, el proyecto incluyó el acondicionamiento de un servicio público que llevaba cinco años cerrado y se sustituyeron las viejas lámparas, una de ellas ya se había desprendido del techo, por focos led, lo que supondrá una reducción del consumo eléctrico en casi un 70%. Con este cambio, además del ahorro, también se pretende evitar los habituales apagones que sufría el edificio y que causaba graves molestias a los trabajadores del centro.
Al mismo tiempo, explican los responsables sanitarios que se realizó una limpieza integral de las instalaciones y se colocó un sistema de regadío en el exterior con el fin de instalar jardineras y embellecer así la entrada al centro.
La inversión por parte ascendió a 12.160 euros y los trabajos fueron ejecutados por una empresa de Piñor. El proyecto fue financiado por Sanidade, después de un informe emitido por el Concello explicando que carecía de recursos económicos para afrontar las obras.
