El gobierno socialista de Carballiño aprobó definitivamente las ordenanzas fiscales para el 2023, con la abstención del PP y los votos en contra de Espazo Común y BNG. El alcalde, Francisco Fumega, defendió la propuesta de congelar todas las tasas e impuestos, excepto la correspondiente a la recogida de basura, cuya subida la fija la Diputación provincial, encargada del servicio, según una fórmula establecida.
Los grupos de la oposición echaron en cara al gobierno municipal la falta de un estudio económico previo que podría posibilitar la bajada de alguno de los impuestos, señalando que se han congelado únicamente por la “incapacidad” para realizar el referido estudio. Asimismo, reprocharon que tampoco suban las tasas de las compañías eléctricas, telefónicas o entidades bancarias, pese a los grandes beneficios anuales que obtienen.
El respaldo fue unánime a una moción de Espazo Común para poner en marcha un plan de dinamización del comercio local. Será una hoja de ruta para la programación de iniciativas que sirvan para atraer gente al pueblo e incentivar el consumo de proximidad. El portavoz del gobierno, Diego Fernández, defendió las medidas que hasta ahora se han adoptado para la promoción del comercio, pero “imos aprobar a moción ligada ao que diga o Centro Comercial Aberto”, matizaba. En ese sentido coincidieron todos que es necesario consensuar el plan con el comercio.
Por el contrario, el gobierno rechazaba otra moción del mismo grupo mediante la que proponía ayudas fiscales a las familias con el fin también de afianzar población en Carballiño, “como un concello importante na provincia”, señalaba Érika Paz, que se refería a otros ayuntamientos que ofrecen más ventajas. Planteaba que las escuelas culturales y deportivas fuesen gratis, así como el servicio de conciliación y la rebaja del 50% de la cuota de ayuda en el hogar.
El regidor recordaba que ya se subvenciona la ayuda en el hogar aportando 323.000 euros al coste total de 746.000, al igual que tienen ayudas las escuelas deportivas y el Conservatorio de Música, al mismo tiempo que insistía en la subida de los gastos generales como es el caso de la energía eléctrica, por lo que “os técnicos aconsellan prudencia”.
Campaña para aumentar el padrón
El gobierno recibió duras críticas por parte de los grupos de la oposición ya que por segundo año consecutivo los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística señalan a un padrón de habitantes por debajo de los 14.000. El alcalde, Francisco Fumega, manifestaba que, pese a ello, “subimos 22 habitantes” y que en la actualidad los datos extraoficiales indican un total de 14.360, teniendo en cuenta que los 13.932 se contabilizan a 31 de diciembre de 2021. La portavoz del BNG, Sofía García, reclamaba agilidad en la realización de una campaña aprobada en pleno para captar a cerca de 1.500 personas que viven en Carballiño y se benefician de los servicios que ofrece, por lo que deberían estar empadronados. “Estamos soportando unha poboación de 15.000 habitantes e non percibimos o que nos corresponde”, explicaba el portavoz del PP, Ricardo Perea, en relación al incremento que supondría ese número en lo que respecta a las aportaciones económicas del Estado, reprochando al gobierno socialista que “non se fixo nada”. La Corporación aprobaba finalmente una propuesta del PP para instar a la Xunta a que ceda al Concello un inmueble que fue la antigua casa del pueblo.
