Los controles de alcoholemia despiertan recelo en Dozón

Los propietarios de casas de comidas en la localidad de A Gouxa, en el municipio pontevedrés de Dozón, aseguran que están perdiendo clientes debido al aumento de los controles de alcoholemia que realizan las patrullas de Tráfico de Ourense y Pontevedra en la carretera N-525 (Ourense-Santiago).
Los hosteleros hacen referencia al 'acoso' que sufren los cientos de personas que acuden los días 11 y 23 de cada mes para comer el pulpo y la carne 'ó caldeiro' a los mesones habilitados de A Gouxa, y que mayoritariamente proceden de la comarca de Carballiño (especialmente de la villa del Arenteiro) y de O Deza.

'Antes non había este tipo de controles y nunca hubo un accidente, y nuestros clientes temen venir a la feria porque con dos vasos de vino ya das positivo', comenta Manuel Fernández, uno de los propietarios. Éstos temen que la única feria tradicional de ganado 'que se mantiene viva' en el límite entre Pontevedra y Ourense desaparezca como otras.

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