Los carballiñeses y visitantes disfrutaron de una jornada de sábado en la que el centro urbano se convirtió en un gran escenario para recrear la época medieval. El segundo día de la feria medieval A Liorta concentró a un numeroso público que tuvo la oportunidad de comprar en los puestos ambulantes, que ocuparon las calles peatonales de Curros Enríquez, Rosalía de Castro y Tomás María Mosquera, ofertando todo tipo de productos de alimentación como quesos procedentes de Extremadura, por juguetes de madera, bisutería, ropa tejida a mano o complementos de cuero.
Entre las actividades, destacó la exhibición de cetrería, en la Praza da Veracruz, y además hubo títeres para los más pequeños, espectáculos de fuego y grupos musicales amenizando el mercado.
