MASIE

Los feligreses despiden entre lágrimas al cura de Maside

photo_camera Juan González ofició ayer su última misa en la parroquia de Santo Tomé de Maside.

Juan González les comunicó que renuncia a la parroquia por el conflicto con el Obispado 

Los feligreses de Maside lloraron y abrazaron al que fue su párroco durante los 18 últimos años, cuando les comunicó al finalizar la misa del domingo, que era la última que oficiaría en la parroquia de Santo Tomé. El cura Juan González renuncia a seguir siendo párroco de Maside y así protesta, tal y como declaró, contra la actitud que mantiene el Obispado en relación a las obras de acondicionamiento de la iglesia, que permanece cerrada desde hace casi un año, en que se detectaran deficiencias en la estructura, debido a la inclinación de las paredes varios centímetros.

El sacerdote ofició su última misa en la casa parroquial, puesto que la iglesia no puede utilizarse debido al peligro que entraña, y también fue el protagonista de una emotiva despedida que le dispensaron los asistentes.

"Ha sido muy emotivo, todos lloramos, pero entendemos que a sus 83 años ya no se siente con fuerzas para enfrentarse a este conflicto que tenemos con el Obispado", apuntaba uno de los feligreses, añadiendo que "él nos explicó que se siente engañado por la curia y que por eso ha decidido dejar la parroquia".

Algunos recibieron la noticia con sorpresa, si bien, otros ya sabían que iba a comunicar su renuncia después de las declaraciones que publicó ayer este periódico.

En adelante, se inicia un camino incierto para esta parroquia que no descarta denunciar al Obispado porque no repara la iglesia, insistiendo en que es depositario de 196.000 euros de un legado que recibió la parroquia.

Juan González y los feligreses consideran que las autoridades eclesiásticas no han cumplido con su compromiso de acondicionar la iglesia, ya que después de llegar a un acuerdo, tras casi un año de discrepancias, únicamente se colocaron en días pasados los tirantes de acero para asegurar la estructura, pero no se reparó el tejado, por cuyo motivo llueve en el interior, causando desprendimientos del falso techo. El Obispado, por su parte, asegura que se ejecutarán las obras cuando cese la lluvia.

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