En el Concello de O Irixo ayer fue festivo local. Estaba previsto honrar a la Virgen de Fátima en las localidades de A Ponte, Irixe y Vila, pero a raíz de la crisis sanitaria ningún vecino de estas tres localidades se ha decidido a celebrarlo. Aunque la fiesta se concentraba en estos tres pueblos, el concello eligió precisamente este día para ser festivo municipal antes de que se declarase el estado de alarma.
Con tal motivo, se suspendió la celebración de la misa y procesión, al mismo tiempo que tampoco hubo los banquetes habituales que reunían a familias enteras y amigos.
La pequeña Capilla de Fátima permaneció cerrada, porque "é moi pequena e coas restricións accederían moi poucas persoas, por iso decidiuse que non se celebraría nin misa nin procesión", apuntaba el alcalde de O Irixo, Manuel Cerdeira. Lo más sorprendente es que los vecinos de A Ponte, Irixe y Vila desistieron igualmente de organizar las respectivas comidas en las que participaban numerosas personas cada año.
"Como só podemos reunirnos 10 persoas, decidimos non organizar a comida porque non tiñamos claro a quen invitar, non estaría ben que viñeran unhos poucos e os outros deixalos fóra", apuntaba un vecino de la zona. Por ese motivo, todos los residentes, que se aglutinan en torno a 30 viviendas, coincidieron en que este año era mejor no celebrar esta fiesta ni con cultos religiosos ni tampoco con esos encuentros de familias y amigos, tan habituales en estos tres pueblos de O Irixo. La jornada de ayer fue bastante atípica en este concello, con un festivo local aprobado por la Corporación municipal en pleno, pero sin ningún tipo de celebración. Las autoridades locales y los vecinos han preferido esperar al año que viene para ver si pueden retomar la fiesta.
