Doce miembros se quedaron sin trabajo y prestan servicio como voluntarios siempre que pueden

El grupo de emergencias demora el tiempo de respuesta al disponer sólo de tres contratados

Juan Míguez. (Foto: Martiño Pinal)
Las brigadas de emergencias de Carballiño y Ribadavia han quedado reducidas a tan sólo tres miembros, dado que la Xunta todavía no ha renovado los contratos laborales de 12 trabajadores. El Concello de Ribadavia ha incorporado cuatro personas a su plantilla, pero en Carballiño únicamente se cuenta con los excluidos como voluntarios de Protección Civil.
La capacidad de reacción de los equipos de emergencia del Concello de Carballiño se ha visto disminuida en gran medida desde el pasado 31 de diciembre. El motivo está en que la Xunta no les ha renovado el contrato a 12 de los 15 trabajadores que conformaban el Grumir.

De esta forma, según apuntó el responsable de la agrupación de Protección Civil, Juan Míguez, aunque se mantiene el servicio durante las 24 horas, no se dispone de los cuatro miembros con que se venían realizando las guardias y, de momento, se cuenta con dos y los voluntarios de apoyo para las emergencias. En consecuencia, el tiempo de salida de la base se prolonga cuando es necesario llamar a esos voluntarios o a la persona a la que le tocaba descansar.

Por ahora, y a la espera de la renovación del contrato, la mayoría de los trabajadores con tinúan prestando el servicio como miembros de Protección Civil, excepto unos pocos que no tenían derecho a la subsidio de desempleo y que tienen obligaciones familiares que atender, por cuyo motivo, se han visto obligados a recurrir a trabajos temporales.

Mientras la brigada de Carballiño ha quedado reducida a tres miembros, en Ribadavia, que está en la misma situación, el Concello procedió a contratar a cuatro trabajadores. Sin embargo, el responsable del Grumir, Julio Puentes, manifestaba que siete personas son insuficientes para atender las emergencias de toda la comarca y de zonas próximas de la provincia de Pontevedra. Ellos al igual que los de Carballiño reivindican la estabilidad laboral.


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