Señala que autopistas y líneas férreas valladas frenan su dispersión
El grupo ecologista Outeiro insta a la Administración a pagar las indemnizaciones pero también a exigir a los ganaderos que adopten las medidas de protección adecuadas para prevenir el ataque de los lobos, como sucede en otros lugares. Entre aquellas señalan los pastores eléctricos o tener con el rebaño perros de razas capaces de ahuyentar al lobo, como pueden ser los mastines leoneses.
Este colectivo achaca la existencia de lobos en lugares en donde no se habían visto desde hace 40 años a las barreras que ha creado el hombre con la construcción de autopistas y líneas de ferrocarril valladas, que impiden la expansión natural de estos animales, "aunque esto no certifica la autoría de forma inequívoca en el último ataque a ovejas de Maside", señalan.
Tres ataques de cánidos se produjeron en poco más de 20 días y el último acabó con seis ejemplares adultos. Outeiro considera que "resulta demasiado simple afirmar que porque existen heridas compatibles con la mordedura de un lobo, tenga que ser así, ya que la dentición de un lobo y un perro son prácticamente iguales", señala.
Los ecologistas afirman que obras como la AG-53 y el AVE "dificultan la dispersión de individuos, que quedan atrapados en una enorme jaula cerrada por estas vías y el río Miño". Por ese motivo, aseguran que "su conservación exige actuaciones decididas de las administraciones procurando soluciones satisfactorias para todas las partes" y a la hora de realizar grandes obras, hay que tener en cuenta los pasos de fauna, igual que en otras zonas europeas, para que el lobo pueda desplazarse.
