Uno de los testimonios de la inmigración de Carballiño
Juliana Ferreira, procedente de Brasil, después de trabajar como camarera y en una tintorería hace un año que montó su propio negocio “Solo uñas”, dedicado al cuidado de los pies, una profesión en la que se formó en su país de origen antes de emigrar.
Esta inmigrante en Carballiño afirma que dejó Brasil “por la aventura de viajar, de conocer nuevos países y nuevas culturas”.
Su primera parada fue en Santiago, en donde reside una prima suya, y después se afincó en Carballiño, “en donde conocía a una amiga y me vine aquí a trabajar”.