Como un 'viajero continuo' o como un 'referente nacional e internacional en el tratamiento del linfedema'.
Así, definió el jefe de Cirugía General- Unidad de Mama del CHUO, Camilo Álvarez, al doctor Jaume Masià, un reconocido cirujano plástico en Barcelona, que ofreció en la tarde de ayer una charla sobre los avances en esta patología, causada principalmente por la cirugía que se realiza en el cáncer de mama. Una actividad enmarcada en el Foro La Región en colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer, y que reunió a numeroso público -una amplia mayoría de mujeres- que se interesaron por los avances que se han experimentado en este terreno.
El linfedema podría definirse como la secuela más visible del cáncer de mama, y que se plasma en una mayor voluminosidad en algunas extremidades, como en el brazo o la pierna. Masià aseguró que en el pasado 'había muchas técnicas para su tratamiento, pero cuando esto ocurre es que no funcionan bien, porque si hubiera una sola, todos la seguiríamos'.
Así, los avances permitieron que hace unos años se comenzara a trabajar en algunos hospitales de España -en Barcelona, Madrid, Andalucía o Pamplona- con dos técnicas, la Koshima japonesa y la Becker, francesa. La primera de ellas consiste en 'una incisión para localizar el ganglio y derivar el linfa para que pase a través de la vena', explicó el doctor Masià. Mientras, la técnica francesa ofrece 'un transplante de ganglios linfáticos', concretó. En todo caso, el público comprobó a través de fotografías los resultados -en muchos casos sorprendentes-. Pero Masià matizó que 'no siempre se consiguen los mismos resultados'.
Y la pregunta, aunque se hizo esperar, llegó esta vez para el doctor Álvarez: ¿Para cuándo estas técnicas en Ourense? Y entre conferenciante y presentador, llegaron a varias conclusiones. No es fácil conseguirlo, pero 'en cinco años el tratamiento del linfedema estará extendido', pero un error de la Sanidad es que 'queremos todo en todos sitios', y lo ideal es agrupar los equipos en centros de referencia, por ejemplo entre comunidades próximas. El futuro pasaría para Masià por la cirugía profiláctica o la creación de unidades específicas para su tratamiento, pero 'aunque nos gustaría tener una varita mágica, no la tenemos', concluyó.
El linfedema podría definirse como la secuela más visible del cáncer de mama, y que se plasma en una mayor voluminosidad en algunas extremidades, como en el brazo o la pierna. Masià aseguró que en el pasado 'había muchas técnicas para su tratamiento, pero cuando esto ocurre es que no funcionan bien, porque si hubiera una sola, todos la seguiríamos'.
Así, los avances permitieron que hace unos años se comenzara a trabajar en algunos hospitales de España -en Barcelona, Madrid, Andalucía o Pamplona- con dos técnicas, la Koshima japonesa y la Becker, francesa. La primera de ellas consiste en 'una incisión para localizar el ganglio y derivar el linfa para que pase a través de la vena', explicó el doctor Masià. Mientras, la técnica francesa ofrece 'un transplante de ganglios linfáticos', concretó. En todo caso, el público comprobó a través de fotografías los resultados -en muchos casos sorprendentes-. Pero Masià matizó que 'no siempre se consiguen los mismos resultados'.
Y la pregunta, aunque se hizo esperar, llegó esta vez para el doctor Álvarez: ¿Para cuándo estas técnicas en Ourense? Y entre conferenciante y presentador, llegaron a varias conclusiones. No es fácil conseguirlo, pero 'en cinco años el tratamiento del linfedema estará extendido', pero un error de la Sanidad es que 'queremos todo en todos sitios', y lo ideal es agrupar los equipos en centros de referencia, por ejemplo entre comunidades próximas. El futuro pasaría para Masià por la cirugía profiláctica o la creación de unidades específicas para su tratamiento, pero 'aunque nos gustaría tener una varita mágica, no la tenemos', concluyó.
