Abanca ha cedido de forma gratuita al Concello de Maside las dos plantas del edificio en donde tiene la sucursal en esta localidad para fines sociales o de interés público. El Ayuntamiento deberá concluir las obras de construcción, ya que el inmueble únicamente tiene la estructura exterior, al mismo tiempo que derribará un bajo cubierta que no se ajusta al proyecto de obra autorizado y a la ordenanza urbanística, y así dispondrá de unas nuevas instalaciones municipales de 269 metros cuadrados en cada una de las alturas.
La Corporación de Maside aprobaba en estos días por unanimidad la recepción de estos espacios que, según apuntó el alcalde, José Manuel Iglesias, acogerán en la primera planta la biblioteca municipal, un centro de estudios y un aula de informática, servicios de los que carece este municipio; mientras que la segunda se destinará a la habilitación de tres viviendas para emergencias. El regidor municipal apuntaba que las viviendas son necesarias para acoger a personas en situaciones difíciles que hasta ahora están alojando siempre que se presenta algún caso en hostales y hoteles de Carballiño.
Abanca compró hace años un edificio antiguo y de acuerdo con dos constructores iniciaba las obras en el año 1992, de tal forma que la entidad se quedaba únicamente con el sótano y la planta baja, que son los espacios que ahora ocupa en la Calle Principal de Maside. Los constructores finalmente renunciaron a la propiedad, paralizándose la construcción, que ahora deberá acabar el Concello, según el convenio suscrito para hacerse con la titularidad.
El arquitecto municipal, Óscar Gonfer, valora la nueva propiedad municipal, en la que está ejecutado aproximadamente el 60% de la construcción, en 173.498 euros. Asimismo, señala un coste de 36.015 euros para proceder al derribo del ático no autorizado y para la reposición posterior de la cubierta, ya que “las obras comprobadas ”in situ” no se ejecutaron conforme a licencia y no son acordes con el planeamiento urbanístico vigente en el ayuntamiento. En este momento, la edificación construida no respeta la volumetría ni el número de plantas proyectadas, sino que se modificaron e incrementaron”, apunta el arquitecto tras la inspección realizada al edificio.
