CITA GASTRONÓMICA

Las penas son menos con pan de Cea

Aunque la mayoría de los asistentes no dejaban de lamentarse por las condiciones climatológicas reinantes en la mañana del domingo, la organización de la XXVII edición de la fiesta de exaltación logró superar incluso las expectativas de venta

Cuando de hablar de pan se trata, el imaginario colectivo de los ourensanos, de tanto comerlo e interiorizarlo, se sitúa en la localidad de Cea. Ayer, como en los últimos veintisiete años, el campo de la Saleta acabó convertido en el centro neurálgico de la fiesta de exaltación de tan demandado y venerado producto manufacturado, pese a las copiosas y por momentos intensas lluvias que no quisieron perderse la celebración y dieron poca tregua a los asistentes. 

Nada más comenzar el montaje de los diferentes puestos, el aguacero hacía presagiar una floja participación. Sin embargo, ni por esas el fiel público del pan de Cea se arredró lo más mínimo en acudir a la convocatoria gastronómica en la que se vendieron las 3.500 piezas preparadas para la ocasión. Lugareños e incluso excursionistas llegados en varios autobuses poblaban, a distintas horas, las inmediaciones del templo de la Virxe da Saleta. Las precipitaciones dieron una tregua a media mañana, poco antes de que hiciesen acto de presencia las autoridades. Sin embargo, sí quiso recibir a los fieles a salida de misa, obligando a la charanga que amenizaba la sesión vermouth a concentrar a sus oyentes bajo las carpas de los puestos centrales de la feria.


AUTORIDADES PRESENTES


Alrededor de las 13 horas comenzó el pregón del televisivo cocinero Adrián Díaz García, poco antes de que la representación pública recorriese algunos de los puestos de venta en los que estaban presentes gran parte de los consejos reguladores e indicaciones geográficas protegidas de la comunidad. Entre ellos, además del anfitrión José Luis Valladares,acudieron el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices, y el director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, Manuel Rodríguez, quien destacó el peso alcanzado por la denominación específica panadera, tras superar el millón de euros de venta en el pasado ejercicio. 

Concluido el protocolario acto de bienvenida, el medio millar de inscritos en la comida popular se trasladó a la carpa habilitada al efecto, para dar por finiquitada una edición más de la fiesta de exaltación de un pan que consiguió, como así recordó el cocinero Díaz García, ser la primera de las indicaciones geográficas protegidas de toda la comunidad europea, reconocida como tal en abril de 2004.

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