Voluntarios de Cruz Roja se encargaron de limpiarlas y su distribución
La Jornada de Pesca Solidaria se desarrolló con éxito una vez más, y ya ha cumplido cuatro años consecutivos, en el tramo urbano del río Arenteiro. Los pescadores respondieron a la convocatoria, cubriendo la totalidad de los permisos, que son de 55 para esta sociedad, que en la actualidad cuenta con un total de 295 asociados.
En total capturaron 504 truchas que se entregaron a la agrupación local de Cruz Roja, que se encarga de su distribución entre las familias de bajos recursos, dando preferencia a las que tienen niños.
Así, durante la soleada mañana de ayer, pescadores y voluntarios de Cruz Roja aunaron esfuerzos, unos capturando truchas y los otros, sobre ocho voluntarios, recogiéndolas en aquellos puntos de las riberas que eligieron los pescadores, y trasladándolas hasta la Avenida del Arenteiro, en donde se procedió a limpiar los peces y envasar una parte para congelar y en torno a 230 unidades para entregarlas en el mismo momento a las familias con menores.
El presidente de la agrupación local de Cruz Roja, Modesto Ogea, valoraba en gran medida esta iniciativa de la sociedad de pesca de Carballiño, que permite el consumo de pescado fresco, con todos los nutrientes que aporta, a los niños que habitualmente no lo comen, porque "el pescado fresco es caro y normalmente no se encuentra entre los donativos de alimentos que recibimos a lo largo del año", puntualizaba. El presidente de la sociedad de pesca, Alfonso Carballeda, también se mostraba satisfecho del resultado de esta iniciativa que ya forma parte del programa de actividades que aprueba la asamblea anual de socios, y que en este caso recibe siempre el apoyo unánime.
"O presidente de Cruz Roja asegura que teñen moita demanda porque o pescado aporta moitas proteÍnas aos nenos, por iso nós seguiremos celebrando esta xornada de pesca solidaria", manifestaba Alfonso Carballeda.
Los 55 pescadores participantes iniciaron la jornada a las 08,00 horas de la mañana, continuando hasta las 13,30 horas. Los 8 voluntarios de Cruz Roja también trabajaron a lo largo de la mañana para que el pescado estuviese listo para la entrega inmediata y para congelar una parte de las capturas en el arcón que la agrupación local compró con el fin de recoger alimentos perecederos.
