POLÍTICA

Piñor estudia 13 años después retornar a la mancomunidad

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photo_camera Las instalaciones de la Mancomunidad de Carballiño están ubicadas en el Eixo do Ribeiro.

Sería el primer concello en volver al ente comarcal desde que en el 2000 comenzaron los abandonos

El Concello de Piñor estudia su posible reincorporación a la Mancomunidad de Carballiño, tras abandonar el ente comarcal hace aproximadamente 13 años. El gobierno municipal, integrado por el PP y Veciños de Piñor, analiza al detalle los gastos de los servicios que tiene municipalizados para ver si puede reforzarlos y al mismo tiempo gastar menos. El teniente alcalde, Uxío Rodríguez Blanco, matizaba que "estamos en negociacións e na próxima semana tomaremos unha decisión".

De producirse la incorporación de Piñor, sería pocos meses después del último abandono, que fue el Concello de Maside, en enero de este año. Este Ayuntamiento hacía tiempo que sólo mantenía mancomunado el servicio de desbroce y los 50.000 euros que tenía que pagar a la Mancomunidad no le compensaban, según aseguró el alcalde, Celso Fernández.

Tras la marcha de Maside, forman parte del ente comarcal: O Irixo, San Amaro, Boborás y Beariz, ya que el resto de concellos como Carballiño, Punxín y Piñor renunciaron en torno al año 2000, y un poco más tarde lo hacía San Cristovo de Cea, hasta este año que también se marchó Maside de forma definitiva.

El actual presidente de la Mancomunidad, Manuel Cerdeira, iniciaba su mandato en el 2015 planteándose como objetivos la oferta de mejores servicios para así poder recuperar concellos y, en consecuencia, abaratar costes.

Si Piñor decide entrar de nuevo a formar parte de la Mancomundad, será el primero que lo haga desde el año 2.000, cuando se marchara Carballiño. El alcalde de Piñor, José Luis González, declaraba que "pretendemos ter máis servizos e máis baratos, e iso só se pode facer mancomunando".

La Mancomunidad ofrece en la actualidad los servicios sociales, desbroce, asistencia a incendios y el de más reciente creación, la Atención Temperá, a niños con problemas psicológicos, del habla y de psicomotricidad, entre otros, que comparte con la Mancomunidad del Ribeiro. Piñor se interesa fundamentalmente por los servicios sociales, que le cuestan al año en torno a 110.000 euros, pero que acaba de reforzar recientemente pasando de seis a nueve trabajadoras en asistencia a domicilio, además de disponer de educadora social, psicólogo, trabajadora social, y prestar el servicio de Familias tardías. "Estamos analizando si podemos potenciar o que ofrecemos agora e con un coste máis económico", apuntó Rodríguez Blanco.

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