Las enfermedades cardiovasculares -aquellas relacionadas con el corazón, arterias y venas- constituyen una de las principales causas de muerte en todo el mundo, en particular en los países desarrollados, por lo que una alimentación saludable y un estilo de vida sano constituyen factores fundamentales para prevenirlas.
Así lo expuso el investigador Miguel Pocoví, catedrático de Bioquímica, Biología Molecular y Celular de la Universidad de Zaragoza, en la ponencia que el Foro La Región organizó en Expourense con motivo de Xantar. Su intervención fue presentada por Carlos Martínez Guardado, coordinador del encuentro de Cofradías Gastronómicas del certamen, quien destacó de Pocoví que es 'un gran científico que pisa el suelo'.
Así, el ponente explicó que la mayoría de estas enfermedades se deben a la formación de placas de ateroma que obstruyen el paso de la sangre y pueden acabar en trombos. 'Durante mucho tiempo se pensaba que eran consecuencia de la edad, pero eso no es así', señaló en su intervención. Según explicó, la arterioesclerosis depende del colesterol y hábitos como la tensión alta, fumar o la diabetes pueden acelerar su formación en las arterias. 'Pero la arterioesclerosis es reversible. Si bajamos la cifra de colesterol, el tamaño de las placas de ateroma se reduce y también el riesgo de una enfermedad', manifestó, añadiendo que 'podemos hacer mucho para reducir el riesgo de una enfermedad coronaria'.
Según expuso en su intervención, los factores fundamentales pasan por no fumar y evitar la obesidad, la grasa saturada y el sedentarismo, además de realizar actividades deportivas. 'La mejor forma de aumentar el colesterol bueno es mediante el ejercicio físico regular y, a ser posible, al aire libre'.
En la ponencia, Pocoví analizó también las bondades de la dieta atlántica de cara a conseguir una alimentación saludable. Así, destacó que 'uno de los tesoros' de esta dieta es el alto consumo de pescados, mariscos y crustáceos frescos, que contienen un alto porcentaje de ácidos grasos omega 3 (que tienen acción antitrombótica y de descenso de los triglicéridos) y, además, se preparan mediante métodos más sanos, como la cocción, a la plancha o al vapor. También se consume carne de cerdo o vaca, así como lácteos, con proteínas de alto valor biológico, aunque alto contenido en grasa saturada, por lo que no se debe abusar. Recomendó igualmente el uso de aceite de oliva, cuya gran ventaja es que desciende el colesterol malo y eleva el bueno. Entre los beneficios de la dieta atlántica figura también el consumo de vino, cerveza o sidra, con moderación, que son bebidas alcohólicas de baja graduación y pueden tener efectos beneficiosos para la salud, por su alto contenido de antioxidantes. Destacó también la importancia de condimentos como el pimentón, también por su aporte de antioxidantes.
El ponente concluyó señalando que no hay alimentos prohibidos, sino que 'lo importante es la variedad y la moderación', aconsejando este principio incluso en caso de dieta, porque 'si es muy estricta no consigue nada'.
Así, el ponente explicó que la mayoría de estas enfermedades se deben a la formación de placas de ateroma que obstruyen el paso de la sangre y pueden acabar en trombos. 'Durante mucho tiempo se pensaba que eran consecuencia de la edad, pero eso no es así', señaló en su intervención. Según explicó, la arterioesclerosis depende del colesterol y hábitos como la tensión alta, fumar o la diabetes pueden acelerar su formación en las arterias. 'Pero la arterioesclerosis es reversible. Si bajamos la cifra de colesterol, el tamaño de las placas de ateroma se reduce y también el riesgo de una enfermedad', manifestó, añadiendo que 'podemos hacer mucho para reducir el riesgo de una enfermedad coronaria'.
Según expuso en su intervención, los factores fundamentales pasan por no fumar y evitar la obesidad, la grasa saturada y el sedentarismo, además de realizar actividades deportivas. 'La mejor forma de aumentar el colesterol bueno es mediante el ejercicio físico regular y, a ser posible, al aire libre'.
En la ponencia, Pocoví analizó también las bondades de la dieta atlántica de cara a conseguir una alimentación saludable. Así, destacó que 'uno de los tesoros' de esta dieta es el alto consumo de pescados, mariscos y crustáceos frescos, que contienen un alto porcentaje de ácidos grasos omega 3 (que tienen acción antitrombótica y de descenso de los triglicéridos) y, además, se preparan mediante métodos más sanos, como la cocción, a la plancha o al vapor. También se consume carne de cerdo o vaca, así como lácteos, con proteínas de alto valor biológico, aunque alto contenido en grasa saturada, por lo que no se debe abusar. Recomendó igualmente el uso de aceite de oliva, cuya gran ventaja es que desciende el colesterol malo y eleva el bueno. Entre los beneficios de la dieta atlántica figura también el consumo de vino, cerveza o sidra, con moderación, que son bebidas alcohólicas de baja graduación y pueden tener efectos beneficiosos para la salud, por su alto contenido de antioxidantes. Destacó también la importancia de condimentos como el pimentón, también por su aporte de antioxidantes.
El ponente concluyó señalando que no hay alimentos prohibidos, sino que 'lo importante es la variedad y la moderación', aconsejando este principio incluso en caso de dieta, porque 'si es muy estricta no consigue nada'.
