El Concello reforzará la seguridad vial en los colegios, para lo que pide la colaboración de los jubilados

La Policía Local impuso 30 multas en 10 días a los coches mal aparcados en la Plaza Mayor

La calle Aldara y la Plaza Mayor están constantemente vigiladas por la policía. (Foto: Martiño Pinal)
La Policía Local de Carballiño impuso una treintena de multas en los últimos 10 días a vehículos mal estacionados en la calle Aldara y Plaza Mayor. Además, el Concello pide el apoyo de los jubilados para vigilar las entradas de los colegios.

‘Non é unha medida recaudatoria pero temos que ser implacables’, así se expresaba el concejal de Tráfico del Concello de Carballiño, José Antonio Barge, días después de ordenar la presencia continuada de un agente de la Policía Local para controlar los aparcamiento indebidos en las calles Aldara, Cesáreo Tizón y las dos paralelas de la Plaza Mayor. Pretendía ser una medida disuasoria, dado que el policía informa a los conductores de que está prohibido estacionar los vehículos en las zonas que recientemente se han pintado con línea amarilla, en los espacios reservados por primera vez para personas con minusvalía y en los tramos destinados a carga y descarga.

Aun así, desde el pasado seis de marzo en que se inició el exhaustivo control se han impuesto sólo en ese entorno de la Plaza Mayor cerca de una treintena de multas, cuya carga económica es de 70 euros por vehículo. ‘O abuso é o que se vai correxir, porque se a tolerancia non se sabe interpretar hai que tomar medidas’, sentenció José Antonio Barge, teniendo en que el objetivo final consiste en mejorar la fluidez del tráfico en el centro.

Entre las medidas adoptadas por el Concello relacionadas con la seguridad vial también figura la entrada en funcionamiento de los nuevos semáforos instalados en el cruce de Conde Vallellano con Curros Enríquez. Durante toda la jornada imperó el desconcierto entre conductores y peatones, que no se habían percatado del cambio.

Colaboración

Otra intervención consistirá en la dotación de pasos elevados para peatones en las entradas del colegio Calvo Sotelo e Instituto número uno. Barge pretende reforzar la seguridad de los escolares y en ese sentido insta a los jubilados a que se apunten en el Concello como voluntarios para controlar la salida y entrada de los niños, apoyando a la Policía Local, que es la que se encarga de ese trabajo.

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