El intento del alcalde de Boborás, Cipriano Caamaño, de depositar en la oposición la responsabilidad de destituir al concejal de su grupo, José Benito González, como tesorero, no le salió según esperaba tras aventurarse a anunciar que el grupo de gobierno, en minoría en esta sesión, al no contar con los votos de dos de sus ediles que en mayo se presentarán con nuevas siglas, se abstendría en la votación de su propia propuesta.
Los cuatro concejales de la oposición (dos del PSdeG y dos del BNG) votaron en contra sumándose a la postura de José Benito González e Isabel Alamancos, ambos integrados ya en la nueva lista electoral Movemento Veciñal de Boborás.
La sesión tuvo sus grandes momentos de tensión entre el alcalde y el tesorero, pero también estuvo cargada del ingenioso humor del regidor, que intentó restarle importancia a la situación en la que se encontraba su grupo, especialmente cuando el portavoz socialista señaló que por primera vez en 20 años Caamaño se encontraba en minoría y no pudo sacar adelante la destitución de uno de sus concejales, según pretendía.
La falta de justificantes de algunos gastos, además de los reiterados requerimientos por parte del secretario al tesorero para que entregase el libro oficial de Tesorerían a fin de realizar el arqueo económico fueron las razones esgrimidas por Cipriano Caamaño, que no cuajaron entre la oposición. La propuesta no sólo pedía la destitución sino que amenazaba con emprender acciones legales en el caso de que no presentase los justificantes y el libro de Tesorería.
Aunque Cipriano Caamaño impuso a su antojo las intervenciones, extendiéndose ampliamente en las resoluciones de la Alcaldía con asuntos como la importancia y transparencia de información en el proceso del Plan Xeral de Ordenación Municipal o sobre los recortes en el gasto municipal para mantener los servicios sociales, los socialistas consideraron que su exposición era completamente electoralista. A José Benito González, sin embargo, no le otorgó en ningún momento la palabra.
Al final, nadie votó a favor de la propuesta de distitución del tesorero, el PP se abstuvo y la oposición lo hizo en contra, junto con los dos ediles díscolos del grupo de gobierno.
La sesión tuvo sus grandes momentos de tensión entre el alcalde y el tesorero, pero también estuvo cargada del ingenioso humor del regidor, que intentó restarle importancia a la situación en la que se encontraba su grupo, especialmente cuando el portavoz socialista señaló que por primera vez en 20 años Caamaño se encontraba en minoría y no pudo sacar adelante la destitución de uno de sus concejales, según pretendía.
La falta de justificantes de algunos gastos, además de los reiterados requerimientos por parte del secretario al tesorero para que entregase el libro oficial de Tesorerían a fin de realizar el arqueo económico fueron las razones esgrimidas por Cipriano Caamaño, que no cuajaron entre la oposición. La propuesta no sólo pedía la destitución sino que amenazaba con emprender acciones legales en el caso de que no presentase los justificantes y el libro de Tesorería.
Aunque Cipriano Caamaño impuso a su antojo las intervenciones, extendiéndose ampliamente en las resoluciones de la Alcaldía con asuntos como la importancia y transparencia de información en el proceso del Plan Xeral de Ordenación Municipal o sobre los recortes en el gasto municipal para mantener los servicios sociales, los socialistas consideraron que su exposición era completamente electoralista. A José Benito González, sin embargo, no le otorgó en ningún momento la palabra.
Al final, nadie votó a favor de la propuesta de distitución del tesorero, el PP se abstuvo y la oposición lo hizo en contra, junto con los dos ediles díscolos del grupo de gobierno.
