El pulpo adivino del pasado Mundial de Fútbol de Sudáfrica falleció en su acuario de Oberhausen. El Concello de Carballiño ha pedido la donación de sus restos para exponerlos en el futuro museo del pulpo.

Pugna por el cuerpo de Paul

Responsables del acuario alemán han dispuesto un libro de condolencias. (Foto: Rolan Weihrauch)
El pulpo Paul ha muerto, y en esta ocasión quizás no ha sido tan buen adivino de la llegada de su hora como lo fue de los ganadores del Mundial de Fútbol, sino que fueron sus propios cuidadores del acuario de Oberhausen (Alemania) quienes habían echado las cuentas, informando al alcalde de Carballiño, Carlos Montes, de que se esperaba el deceso para el mes de noviembre, coincidiendo con la prevista visita del regidor a la localidad alemana. Montes iba con la intención de negociar la compra del animal tras el triunfo de la selección española.
Por eso, la noticia de su fallecimiento no sorprendió ayer a los carballiñeses, aunque sí movilizó nuevamente al regidor municipal, que se reiteró en su petición formal (vía telefónica) para que los restos de Paul descansen definitivamente en el futuro 'museo do pulpo', que se proyecta crear en Carballiño. No obstante, Carlos Montes reconoció que pese a que los responsables del acuario Sea Life le otorgan la ventaja de ser el primer interesado, existe un duro competidor que es el club de fútbol de Dortmund, que actúa con ventaja porque es alemán y, para colmo, ya recibió en donación las banderas y urnas en las que trabajaba el oráculo. 'No sabemos si ese club está interesado, pero nosotros ya hemos hablado con el acuario de Benalmádena, en Málaga (del mismo grupo propietario), para que el pulpo sea donado a Carballiño', puntualizó el alcalde.

No es para menos, porque gracias a Paul, la villa del Arenteiro tuvo posiblemente su mayor momento de gloria, con presencia en medios de comunicación de todo el mundo. La idea de Montes y Manuel Pazo (empresario del pulpo) de comprar al adivino para promocionar la Festa do Pulpo, que se celebra cada año en agosto, fue brillante, aunque tenga también sus detractores, porque cumplió a la perfección con el objetivo de promoción en el exterior.

La situación generada superó las expectativas en aquel momento de máxima euforia futbolera. Por eso, a Manuel Pazo, que ofertaba los primeros 10.000 euros, se le sumaron otros dos empresarios del mismo sector y del vino, que completaron la nada despreciable cantidad de 90.000 euros. Sin embargo, el grupo inglés propietario de Sea Life se mantuvo firme: el pulpo Paul no estaba en venta.

La villa supo aprovechar la circunstancia. Un grupo de hosteleros creaba la asociación 'Amigos do Pulpo Paul' y organizaban la preparación en la Plaza Mayor del plato de 'pulpo á feira' más grande del mundo, se hizo ante notario, y todavía se está a la espera de la resolución del Guinnes. Posteriormente, el animal se convertía en protagonista de la fiesta celebrada el segundo domingo de agosto y a la que acudieron como invitados especiales dos concejales de la ciudad de Oberhausen. De esta forma, a los carballiñeses sólo les queda ahora la esperanza de prolongar la 'gloria' durante algún tiempo más, consiguiendo los restos para ser expuestos en una urna y así disponer también de una razón de peso para poner en marcha de una vez por todas el 'museo do pulpo'.


A LOS TRES AÑOS

El pulpo Paul se murió en su pecera de Sea Life, en Oberhausen, tras haber cumplido tres años de edad. Con todo, el estrés al que ha sido sometido el pulpo Paul en los últimos años pudo haber acortado la vida del animal según ha explicado el experto del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, Ángel Guerra, aunque también ha señalado, que 'no es de extrañar que haya muerto de manera natural', ya que esta especie, el octopus vulgaris 'tiene una esperanza de vida de unos dos años'. Guerra ha señalado que, aunque son 'animales fuertes', un 'exceso de apagar y encender mucho las luces, manipularle, obligarle a hacer diariamente ejercicio, o que lo trasladen de un acuario a otro para las pruebas' pueden causar en el animal un 'estado de estrés que le puede acortar la vida'. En cuanto a las causas de una muerte natural, el experto ha señalado que, en un pulpo como Paul, ésta se produce con la aparición de una variación genética que les deteriora hasta la parada respiratoria.

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