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Una perra es maltratada en O Carballiño sin que las autoridades hagan nada para evitarlo

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photo_camera La perra se encuentra abandonada en el balcón de una casa, sin limpieza y mal alimentada.

La historia de Valentina comenzaba cuando tres vecinas se empeñaron en rescatarla de un hogar en el que era maltratada. La dieron en adopción, que resultó ser un fraude urdido por la propia dueña para recuperarla con la ayuda de su suegra. Ana, Enma y Teresa denuncian que las autoridades no hacen nada al respecto

De vuelta al infierno es la frase que mejor describe la historia de Valentina, una perrita rescatada de un hogar en el que vivía en malas condiciones. Tres amigas de O Carballiño, Ana Blanco, Enma Trigo y Teresa Gallardo, rescataron al animal el pasado mes de octubre, después de muchos meses de sufrimiento. La situación, en lugar de mejorar, empeoró. Las tres jóvenes se implicaron tanto en este caso que les afectó personalmente, llegando a discutir entre ellas.

Acudieron a las autoridades policiales y al Seprona en numerosas ocasiones, presentaron varias denuncias y también avisaron a la protectora de animales. Todos estos esfuerzos fueron en vano, ya que nadie les ofreció una solución. Les aseguraron que no podían hacer nada más, porque la ley no amparaba otro tipo de actuaciones.

La denuncia llegó al juzgado, pero la jueza desestimó el caso porque consideró que la causa "no estaba explicada convenientemente". La única solución pareció ser pagar 100 euros a su dueña para sacar a la mascota del balcón en el que había pasado todo el verano, descuidada y mal alimentada.

Las tres vecinas se encargaron de vacunarla, desparasitarla y darle de comer pero no podían quedarse con ella, por lo que iniciaron un trámite para buscar una familia que la adoptara.

Cuando parecía que la historia tenía un final feliz para la perra Valentina, todo se dio la vuelta de nuevo. La mujer que se ofreció a acoger a la mascota resultó ser la suegra de la joven que maltrataba al animal. Sus rescatadoras lo descubrieron cuando quisieron comprobar que Valentina se encontraba en buen estado.

En cuanto recogió al can, lo devolvió a su dueña original, aún sabiendo las condiciones en las que lo tenía, abandonado en un balcón bajo las inclemencias del tiempo, sin limpieza y sin alimentación. Ellas comentaron que, teniendo tres pitbull en perfectas condiciones, "resulta incomprensible que alguien se convierta en cómplice del maltrato animal".

Valentina ha vuelto al mismo lugar en el que estaba hace meses, aunque ahora su dueña ha tapado el balcón para que nadie sea testigo de lo que pasa tras la balaustrada.

Dentro de la casa tiene a otro animal, un yorkshire, que presuponen corre la misma suerte que la protagonista de esta dura historia. Las rescatadoras aseguran que las amenazó diciendo que "si intentábamos quitarle a la perra de nuevo, la envenenaría". Afirman que la dueña se jacta de haberla recuperado valiéndose de la artimaña urdida entre ella y su suegra, además de mostrarse agresiva en numerosas ocasiones.

Inoperancia de la autoridad

Ana, Enma y Teresa lamentan que ninguna autoridad pueda tomar medidas para sacar a Valentina de ese hogar, y a muchos otros animales que no tienen a nadie que de voz a sus gritos. Cada día ven desde su ventana las condiciones de vida del cachorro y se sienten impotentes.

La rescataron de una vida monótona e indebida, acabaron pagando por su rescate y fueron engañados por la falsa adoptante. Desde aquí hacen un llamamiento para movilizar a vecinos con el objetivo de darle otra vida distinta a Valentina.

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