Arteficial, un ejemplo de buen hacer artístico en Ribadavia

Edición de Arteficial 2019, última vez que se celebró en la Madalena.
photo_camera Edición de Arteficial 2019, última vez que se celebró en la Madalena.
El festival Arteficial, que lleva celebrándose desde hace más de quince años, destaca por su compromiso con la cultura musical gallega y portuguesa, así como por su visibilización del talento emergente.

Año tras año, en el primer fin de semana de septiembre, el barrio judío de Ribadavia se llena de música, gente y arte en la ya esperada edición del Festival Arteficial, que este año celebra su 17º aniversario el 2 de ese mes.

Durante todo este tiempo de vida, la perspectiva de este evento ha ido cambiando a lo largo de los años, variando tanto en formato como localización o géneros musicales presentes. “Arteficial era moi distinto ao comezo, duraba mais dun día, non tiñamos entrada gratuíta e en canto a música, primaban estilos como o rock ou o heavy metal”, cuenta María Veiga, actual presidenta de la asociación.

La organización de este festival acaba de presentar a los artistas que este año se subirán a los escenarios ubicados dentro de la Iglesia de la Madalena, las plazas aledañas -Madalena y Buxán- así como en el atrio de la Iglesia de la Oliveira. Esta vez, el cartel está compuesto por diez bandas que, a excepción de una, provienen de España o Portugal. “Seguimos coa a liña tomada nas últimas edicións e coa que se pretende por en valor e dar visibilidade a novas bandas emerxentes da Península e as Illas”, cuentan desde la asociación organizadora.

Destacan entre los artistas presentes la mezcla de varios géneros musicales, como los portugueses Sfistikated, que presentan hip-hop con electrónica y pop; o los gallegos Carabela, que crean sus temas a partir de la música tradicional gallega, la electrónica y el pop -una mezcla muy presente en artistas gallegos actuales, como Fillas de Cassandra, presentes en la anterior edición de Artifical y que este año han estado actuando en multitud de carteles y eventos-. También Loiros, que une el jazz con la psicodelia y el pop-rock.

El único artista que no se encuadra dentro de esta puesta en valor de grupos portugueses, gallegos y españoles es Silvino Branca, procedente de Cabo Verde. Este músico es una figura muy importante del funaná moderno, estilo de música que surge de las clases sociales más bajas y que lleva por bandera el sonido del acordeón. Silvino moderniza este género, dándole más rapidez al ritmo, y utilizando sus letras como un altavoz para la crítica social: el Catxi Pó.

Amor Líquidx, Agosto, Todas las Batallas Perdidas -agrupación formada en el Ribeiro-  o los DJ’x Paula RR e Issac Pedrouzo completan el catálogo musical de este evento que ya se ha convertido en un referente en la zona por su longevidad y su buen hacer.

Sin embargo, Arteficial no solo es música, ya que, como explica la asociación del mismo nombre, lo que sí que se mantiene desde la creación de esta jornada musical es que busca poner en valor varios tipos de artes: ya sea gráfica con las fotos y obras de fotógrafos y pintores gallegos expuestas en los balcones de las plazas o la fachada de la Iglesia de la Madalena; la poesía, como en la edición del 2018 en la cual varios integrantes de una agrupación poética de Vigo recitaron sus composiciones durante este día; o las exposiciones ubicadas en el Museo Etnolóxico de Ribadavia de diferentes artistas emergentes.

Además, dentro de las posibilidades de la jornada, y un imprescindible cada año, es el Mercado das Sementes, donde artesanos y pequeños comerciantes presentan sus productos, ya sea moda ética, bisutería o artes plásticas. También han firmado por segundo año el Pacto da Cultura Sustentable, en el cual se comprometen a hacer este evento lo más ecológico y sostenible posible, poniendo todo lo que esté en su mano para reducir su consumo de materias primas, reciclar y reutilizar en todo lo posible.

Arteficial está de pequeña celebración este año, ya que el coronavirus obligó a su reubicación para poder cumplir con los mandatos y medidas impuestas para frenar la pandemia, teniendo que trasladarse a la Alameda de Ribadavia. Este año vuelven una vez más a celebrarlo en la Iglesia de la Madalena y su entorno, ubicación que consideran “o fogar” del festival.

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