Castrelo de Miño pasará en menos de diez días a estar gobernado por el Partido Popular con apoyo de dos exediles socialistas después de dos mandatos completos de gestión nacionalista, además del actual que se verá interrumpido.
El PP apela a una mala gestión en el concello y se refiere a la ausencia de presupuestos, de un plan urbanístico o a la potenciación del parque náutico entre otros objetivos, unas argumentaciones que rechaza el BNG, que afirma "todo o que din fai tempo que se está facendo". Además, ya han surgido las primeras reacciones y el grupo municipal del BNG de Ribadavia habla de una "confabulación con tránsfugas" que es inaceptable, y exige al PP "a súa condena". Por eso pedirá al pleno que inste a los "populares" a que retire la moción de censura y "expulse aos seus concelleiros en Castrelo de Miño".
La decisión, no obstante, cuenta con el respaldo del partido por cuyo motivo seguirá adelante, aunque por el momento el portavoz "popular" no ha adelantado los términos del acuerdo con sus socios del futuro gobierno, matizando que ha sido sobre "mínimos" y que más adelante concretarán el reparto de las áreas municipales.
Tanto el BNG como el PP y el PSOE han hecho públicas sus posturas, dudas y pronósticos en los últimos días, pero quienes han actuado sin hacer declaraciones sobre su decisión han sido Francisco Pérez y Jaime Fontánez. Ha sido el PP quien se ha referido a un descontento con el secretario provincial socialista, Rafael Villarino, a raíz de la polémica por las subvenciones a los autónomos y pymes.
Para hoy está previsto el pleno suspendido el pasado martes en Castrelo de Miño tras rechazar el carácter de urgencia el PP y los dos ediles que respaldan ahora la moción de censura. El gobierno municipal pedirá el apoyo al pacto antitransfuguismo, y sucederá en un momento tan delicado como el actual en el que se acaba de confirmar la presentación de la moción de censura.
