El aforo de la iglesia parroquial de Santo Domingo de Ribadavia se vio reducido ayer durante los oficios del funeral del que fuera titular de esta feligresía durante los últimos 40 años, Benito Hermida Atrio.
El fallecimiento de este sacerdote fue repentino, ya que se produjo en la mañana del pasado martes cuando realizaba gestiones en una entidad bancaria.
El féretro del finado párroco, de 85 años, fue trasladado a las cinco de la tarde desde el velatorio instalado en su vivienda de la Plaza Mayor hasta la entrada del templo por cuatro porteadores de la Cofradía de la Virgen del Portal, que fueron relevados por cuatro curas para depositarlo en el presbiterio.
La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis, monseñor Luis Quinteiro, acompañado por dos vicarios, y concelebrada por 85 sacerdotes y cinco frailes, y a ella asistió el alcalde, Marcos Blanco, miembros de la Corporación ribadavienes y de otros municipios de la comarca, mientras cientos de personas no pudieron acceder al interior.
Una vez finalizados los oficios litúrgicos, otros cuatro cofrades del Portal portaron la caja mortuoria a pie desde la iglesia hasta el cementerio de Santo Domingo,donde Benito Hermida recibió sepultura tal y como él había dejado escrito: 'en la tierra y sin flores'. Un emotivo aplauso despidió al veterano párroco, cuya muerte causó hondo pesar entre sus feligreses y vecinos de la comarca de O Ribeiro.
El féretro del finado párroco, de 85 años, fue trasladado a las cinco de la tarde desde el velatorio instalado en su vivienda de la Plaza Mayor hasta la entrada del templo por cuatro porteadores de la Cofradía de la Virgen del Portal, que fueron relevados por cuatro curas para depositarlo en el presbiterio.
La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis, monseñor Luis Quinteiro, acompañado por dos vicarios, y concelebrada por 85 sacerdotes y cinco frailes, y a ella asistió el alcalde, Marcos Blanco, miembros de la Corporación ribadavienes y de otros municipios de la comarca, mientras cientos de personas no pudieron acceder al interior.
Una vez finalizados los oficios litúrgicos, otros cuatro cofrades del Portal portaron la caja mortuoria a pie desde la iglesia hasta el cementerio de Santo Domingo,donde Benito Hermida recibió sepultura tal y como él había dejado escrito: 'en la tierra y sin flores'. Un emotivo aplauso despidió al veterano párroco, cuya muerte causó hondo pesar entre sus feligreses y vecinos de la comarca de O Ribeiro.
