Los vecinos de Covelo giraron en torno al rey y su codiciada corona

El rey, rodeado del resto de la comitiva.
La localidad de Covelo, en el municipio de Melón, escenificó ayer uno de los rituales entroideiros más ancestrales y enxebres de la provincia. A 1.000 metros de altitud está situada esta aldea que ha sabido conservar su tradicional Entroido y que este año daba comienzo en torno a las 11,30 horas, como siempre con el desfile de una comitiva integrada por el rey sobre su montura, los danzantes rodeándole y otros singulares personajes como el juez, el fiscal, el bobo y el procurador.
Durante el recorrido desde el pueblo hasta el Coto da Raña, los participantes en esta singular procesión se enzarzaron en una animada contienda que tiene por objetivo destronar al rey del Entroido, quitándole la corona. Los danzantes hicieron gala de su arte siguiendo el ritmo de la música tradicional, mientras intentaban engañar a su majestad para arrancarle su preciado tesoro. Después de más de 20 años, en esta ocasión hubo cambio de rey y Argimiro Vázquez, vecino de la localidad, asumió el papel por decisión de los cuatro mayordomos que organizan el evento.
Uno de los elementos más pintorescos de esta singular comitiva es, sin lugar a dudas, el carro tirado por bueyes que porta los muñecos que representan al Entroido y la Entroida.
Casi dos horas duró esta ficticia reyerta ante un numeroso público entusiasta que no se perdió detalle del espectáculo. Finalizado el enfrentamiento, los asistentes tuvieron la oportunidad de pujar por los distintos productos que subastó la organización de la fiesta para recaudar fondos, como naranjas, huevos, una gallina y distintas piezas de carne de cerdo.
Con todo ello, eran casi las tres de la tarde cuando tocó reponer fuerzas en el bar (también de la organización) con empanada, pulpo, orellas y bebida.

Te puede interesar