Los automovilistas se están adueñando de calles y plazas del casco histórico de Ribadavia durante los fines de semana, según las quejas formuladas por vecinos y comerciantes de la zona. Tanto en la Plaza Mayor como en las plazas de San Juan o A Madalena, pueden verse vehículos estacionados que, además de ofrecer una pésima imagen del conjunto arquitectónico a los turistas, incluso interrumpen el paso a los peatones.
Éste fue el caso de un coche que el pasado domingo apareció aparcado enfrente de la entrada de la iglesia románica de San Juan, impidiendo el acceso a su interior, hecho que motivó molestias a los fieles que acudían a misa.
Los vecinos y comerciantes del entorno recuerdan que el acceso al casco histórico de Ribadavia está vedado al tráfico, excepto para los inquilinos de las viviendas de la zona o a los vehículos de emergencias o carga y descarga de mercancías. Por este motivo, echan en falta más presencia de los agentes de la Policía Local para que regulen la circulación rodada en el centro urbano de la villa.
