"El 11-M comenzó y se decidió en 2001 como venganza"

Fernando Reinares, catedrático en Ciencia Política, investigador principal de terrorismo en el Real Instituto Elcano y en diversas universidades internacionales, presentó su libro "Matadlos", fruto de una intensa investigación que comenzó a finales de 2008 y concluyó en noviembre de 2013.

¿Qué ha sido lo más difícil para llegar a este libro?
En lo que se refiere a los contenidos ha sido acceder a la documentación que no se conocía con anterioridad al cierre del sumario por los atentados de Madrid, y en otro plano, seguramente mantener la lucidez mental y la capacidad física para completar el trabajo después de cinco años.

¿Por qué se producen los atentados del 11-M?
Lo que demuestro y documento es que la decisión de atentar en España, lo que finalmente serán los atentados del 11 de marzo, se tomó en diciembre de 2001 y lo que finalmente será la red terrorista del 11- M comenzó a fraguarse en el año 2002, es decir, estamos a un año o más de que se inicien las hostilidades en Irak, así que Irak no puede ser la causa del 11-M. La decisión de atentar obedece a otras razones que pueden resumirse en una,  la voluntad de venganza contra España y los españoles por haber sido desmantelada la célula de Al Qaeda que existía en España desde 1994 y que fue desmantelada a partir de 2001. De hecho, el incitador del atentado era un miembro destacado y muy carismático de esa célula desmantelada, que no fue detenido porque se encontraba en Irán.

Con esos antecedentes, ¿no se estrechó la vigilancia sobre estas personas?
Por una parte hay que insistir en las destrezas que tuvieron los terroristas, y por otra parte en las deficiencias de nuestro sistema de seguridad. En cuanto a las destrezas, algunas son muy notables, por ejemplo, usaban una gran cantidad de teléfonos móviles y de tarjetas y las cambiaban constantemente con el objeto de hacerse impermeables a la vigilancia policial, y también , el modo de enviar mensajes sin dejar constancia del tráfico de mensajes. No hay que olvidar que no estamos hablando de unos delincuentes que se radicalizan, sino de gente muy preparada y muy entrenada. Por otro lado, si en algún momento, en los meses previos al 11-M hubiese habido conexión e intercambio de información entre distintas unidades de la Guardia Civil (tráfico de explosivos, de drogas y de investigación de la célula desmantelada), hubiesen saltado todas las alarmas. Aún así, no somos el único país que se ha visto sorprendido por este fenómeno.

¿En qué momento estamos frente a otro posible atentado?
El que se produzca un nuevo gran atentado en Europa no es descartable, pero es más improbable hoy de lo que fue en el 11 de marzo de 2004. De hecho, lo han intentado, pero han podido ser evitados. Se ha avanzado mucho  en la coordinación y en las bases de información, en la cooperación internacional, y en la destreza de los efectivos policiales.

¿Es más fácil captar ahora nuevos terroristas?
Ahora existe mucho mayor control sobre los ámbitos de radicalización yihadista y sobre los agentes que llevan a cabo estas tareas de radicalización, eso es en buena medida el resultado de las capacidades de la inteligencia policial. Ahora, en España como en cualquier otro país de este entorno, estamos todavía lejos de erradicar este problema. Precisamente en estos momentos estamos asistiendo a una movilización yihadista en Europa motivada por el conflicto de Siria, en el que por cierto, no hay tropas occidentales.

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