Papeles del rock

12.000 kilómetros de distancia unidos en un sentimiento

Javier vargas blues
photo_camera Javier Vargas, el músico de blues más internacional y de mayor repercusión de nuestro país
El concierto de Ourense de Javier Vargas será un verdadero regalo para los sentidos y un lujo que quizá difícilmente se vuelva a repetir 

Existe un mito –lo considero más un mito, una leyenda urbana que pudo, eso sí, basarse en un probable hecho real- según el cual hubo en cierta ocasión un supuesto encuentro entre Mick Jagger y Camarón de la Isla en París en el que ambos acabaron intercambiándose sus calzoncillos después de una larga noche de fiesta. Vamos, como lo de la mañana en la que Angela Bowie encontró acostados juntos a David Bowie y al cantante de los Stones, que la propia Angela aclaró en su día explicando que los dos llevaban tal borrachera encima y el dormitorio apestaba a alcohol de tal manera que cuando los dos cayeron en la cama, no pudieron ni desabrocharse los pantalones. 

Pero invenciones aparte, lo cierto es que sí podría imaginar muy bien a Mick Jagger, también a Keith Richards, hablando de música, de blues, de flamenco con Camarón de la Isla compartiendo unas botellas de vino o de bourbon, fumando hierba hasta altas horas de la madrugada, y aprendiendo enormemente unos de otros. El blues y el flamenco son dos lenguajes, dos expresiones, dos modos de vivir incluso, muy distantes geográficamente, pero que comparten toda una filosofía, una esencia, e indudablemente, unos orígenes sociales y culturales análogos.

Las generaciones y generaciones de campesinos negros que cultivaban algodón en las plantaciones del sur de los Estados Unidos, que vivían en durísimas condiciones de pobreza y precariedad y que escapaban de la dureza de sus vidas exorcizando su dolor con el blues, con el canto desgarrado del blues, siempre bien empapado en whisky, no fueron tan diferentes de las generaciones de los jornaleros del campo andaluz, igualmente sumidos en la pobreza y la escasez, pero que daban sentido a sus vidas gracias a ese canto de ecos arábigos, a ese duende y a ese arte flamenco que expresaba en forma de quejido, de canto doliente, ese espíritu que al igual que en el caso del blues, también reivindicaba sus raíces, sus orígenes y sobre todo, su anhelo de libertad. 

Por ello, flamenco y blues, blues y flamenco, han sido dos mundos que siempre se han mestizado bien, comparten muchos referentes y en el caso que nos ocupa, son dos ejemplos de cómo esa fusión musical nos ofrece siempre sabrosísimos frutos. Raimundo Amador, reputado y reconocido guitarrista que es todo un referente en el flamenco contemporáneo desde sus tiempos de Veneno y Pata Negra, donde fue pionero en esa fusión de rock, blues y flamenco, logró girar en más de una ocasión nada menos que con B.B.King, y llegar a grabar con él un disco en directo en la plaza de las ventas de Madrid. Escuchar su disco "En la esquina de Las Vegas" de 1997 es adentrarse en uno de los experimentos más brillantes de esa fusión que se hayan editado nunca. 

Javier Vargas, el músico de blues más internacional y de mayor repercusión que ha dado nuestro país, al igual que ha grabado y girado al lado de mitos del rock como Carlos Santana, Glenn Hughes, Frank Marino o Carmine Appice, ha sido también dentro de su espíritu creativo e innovador un precursor del encuentro de esos dos universos musicales. Ya en sus primeros discos al frente de su Vargas Blues Band, como por ejemplo en "Madrid Memphis" de 1992 es muy notable la participación del reconocido maestro de la guitarra flamenca Rafael Riqueni, y si en su magnífico "Gipsy Boogie" de 1997 ya profundizó más en esa fusión merced a las colaboraciones por ejemplo de la cantaora Chonchi Heredia y cruzó por primera vez acordes con Raimundo Amador, en 2008 Javier volvería sobre este terreno con un magnífico trabajo cuyo título era ya toda una declaración de principios, "Flamenco Blues Experience" y en el que nuevo, el tándem Vargas–Amador funciona a la perfección.

Hace algunos meses, se editó un excelente trabajo en el que de nuevo el genio de Javier Vargas se ha reinventado por completo, renovando su sonido y, como siempre han sabido hacer los grandes de verdad, vampirizando -no se me ocurre una expresión mejor, confío en que Javier no se enfade cuando la lea- de gente mucho más joven, que aun compartiendo unos referentes musicales y unas influencias, aporta otra mirada y otros enfoques que sin duda enriquecen esa evolución del blues y del rock que marca de manera sumamente característica el estilo de la Vargas Blues Band.

Ese trabajo, en el que Javier se une al sobrino de Mick Jagger, John Byron Jagger, llamado "Move On", ha sido sin duda uno de los impactos del año y cuando se escuchan temas de este trabajo tales como “Where Do We Go From Here”, en el que Jagger aporta esos sonidos de club, hip-hop y nuevas tendencias inherentes a su generación, el guiño al “Miss You” de los Rolling Stones en “Blues For Love” o el experimento sensacional en el que otro himno de los Stones tal como “Sympathy For The Devil” se disfraza del “Muévete” de Rubén Blades, comprendemos los motivos de esa inmensa repercusión. Si añadimos a todo esto que junto a su leal bajista Luis Mayo, Bobby Alexander, su vocalista de mediados de los 90 vuelve a la banda, ver en directo a Vargas & Jagger es una experiencia inenarrable. 

El próximo viernes 27 de septiembre en el Teatro Principal de Ourense Javier Vargas, con esa bandaza que ha reunido para presentar en directo "Move On" nos ofrece la oportunidad de disfrutar de este espectáculo, al cual se une Raimundo Amador para dar forma a la “Noche de Flamenco y Blues” que se presenta en la ciudad. Tres horas de un concierto en el que esos dos universos de los que hablaba al principio se entremezclan, se contaminan, se magrean, conviven en ese estado mágico que oscila sugerente y penetrante entre el duende y el groove, entre Triana y Austin, entre el legado de Leadbelly y Robert Johnson y el de Don Antonio Mairena y Sabicas. 

Cuando a veces en el mundo del rock, así como también en el del flamenco, el purismo, la endogamia, la cerrazón a experimentar y la mentalidad talibán abundan más de lo que sería deseable, Raimundo Amador, Javier Vargas, Bobby Alexander, Peter Kunst, Luis Mayo y John Byron Jagger traen a Ourense un concierto que es un verdadero regalo para los sentidos y un lujo que quizá difícilmente se vuelva a repetir después de esta gira. Vayan a verlo y estoy seguro de que me darán la razón.

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