REPORTAJE

75 años de una fusión histórica

Canedo Ourense
photo_camera Portada de La Región al día siguiente de la firma del acta definitiva con la presencia del gobernador civil.

El 30 de noviembre de 1943 Canedo culminaba su fusión con el de Ourense, más grande este último, pero más potente comercialmente el primero. La anexión, que llegó en plena posguerra, no enterró la identidad propia de los pontinos.

No muchos lo recuerdan. La mayoría de los que lo vivieron ya no están entre nosotros. Los mayores de la ciudad tienen vagos recuerdos de aquello de tener dos ciudades diferentes en las dos márgenes del río Miño y de los pagos que había que realizar al cruzar el Puente Romano, del lado ourensano, para poder pasar mercancías. Mañana, 30 de noviembre, se cumple el 75 aniversario de la anexión del concello de Ponte Canedo al de Ourense. 

Una unión decretada en plena posguerra y que algunos estudiosos del tema y vecinos, como Manuel Domínguez Quiroga, veterano del barrio que mantiene el blog canedo.eu, defienden que fue una "imposición", aunque descartan volver ahora atrás en el tiempo y entierran la posibilidad de divisiones futuras. El hacha de guerra parece enterrada y bien enterrada, lo contrario, como sostiene Domínguez, sería "absurdo". Eso sí, teniendo claro que "Canedo existe". 

La inmensa mayoría de los lectores no recuerdan cómo era el Ourense de antes de 1943. No son pocos los jóvenes de espíritu pontino que aun dicen aquello de "Ponte Canedo Ceibe", más con sorna que con vocación de que se convierta en realidad. Pero lo cierto es que lo fue. Canedo era un ayuntamiento independiente y más próspero que Ourense. 


Precursores


Ponte Canedo llegó antes la carretera que conectaba con Vigo, la carretera de Santiago y, sobre todo, lo que causó la verdadera "revolución industrial"  el ferrocarril. Fue en 1881 cuando llegaban los primeros trenes y en 1884 cuando se finalizó la construcción de la estación de Canedo, como explica Rafael A. Salgado, de Ourense no Tempo, que se situaba "en el solar donde hoy se asienta el IES 12 de Octubre, el parque del Puente y parte del Blanco Amor". Esta relevaba al apeadero del Ribeiriño que venía funcionando hasta ese momento. 
Tal día como mañana pero hace 75 años, la división administrativa marcada por el Miño pasaba a la historia y hoy en día, sin perder su idiosincrasia, los pontinos y los ourensanos son todo uno y la relación parece consolidada para siempre. No es raro, sin embargo, escuchar aquello de "vou dar unha volta a Ourense", cuando se trata de cruzar alguno de los puentes que unen las dos partes de la ciudad. 


El progreso de Ponte Canedo


Canedo era en inicio un concello de carácter predominantemente rural. Su población se distribuía siempre de forma más o menos uniforme a lo largo de su decena de parroquias: A Ponte y As Caldas –hoy plenamente integradas en el casco urbano–, Arrabaldo, Beiro, San Miguel de Canedo, Castro de Beiro, Cudeiro, Untes, Palmés y Vilar de Astrés. La llegada de la carretera de Vigo en 1863 y la de Santiago en 1870 comenzaron el proceso de urbanización de la zona.

El desarrollo mercantil se aceleró mucho. Mientras Canedo estaba abierto al comercio y permitía el libre tránsito de mercancías, en Ourense todavía se mantenía el "sistema de fielatos nas entradas da cidade", como señala Domínguez. "Aún recuerdo que a mí me pararon cuando traía café y les decía que eran caramelos", señala José Manuel Fernández Sobrino, escritor y periodista, que recuerda que era un crío cuando la fusión. 

La llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX a Canedo causó un pequeño "malestar" entre los vecinos ourensanos, recuerdan los cronistas. Los pontinos tomaron la delantera en la parte comercial, con la creación de importantes almacenes, hospedajes, restaurantes o talleres. "Teníamos todo el comercio y había mucho movimiento ", recuerda Sobrino.

La integración entre Canedo y Ourense empezó a fraguarse en 1926, con la creación de una comisión mixta entre ambos municipios para empezar a modelar una posible fusión. Como impulso, ese mismo año se empezó a diseñar la que sería la Plaza de Abastos de A Ponte, que no se construiría hasta la posguerra. Pero ya antes, en 1865, se había dado un intento de anexión que no fraguó.  Sí se materializaría en 1943, no sin problemas, ya que el procedimiento se había impulsado ya en 1940.


Dudas


Los vecinos que lo recuerdan deslizan, con nostalgia, que aquello se "argalló" de una forma poco ortodoxa y que fue una especie de "cacicada".  Xosé Rodríguez Díaz, presidente de la Asociación Vía Vella, recuerda que A Ponte "saíu prexudicada" porque fue un caso en el que "o peixe pequeno comeu o peixe grande", haciendo referencia a esa potencia comercial pontina con ultramarinos, coloniales, almacenes....entre ellos, el de Secundino Solla Couto, último alcalde republicano. En población, eso sí, ganaba Ourense, lo que le valió quedarse con la capitalidad.

El 20 de abril de 1943, el Concello de Ourense dio luz verde a la propuesta de fusión de Canedo, según la versión "oficialista". Días antes, el 17, era Canedo el que había aprobado en pleno la propuesta. Tras elevar dicha a Gobernación Civil, un 30 de noviembre de 1943, Ourense se convirtió en una sola, en un acto en el salón de plenos. Allí estaban el alcalde de Ourense, Eduardo Olano, y el que sería el último de Canedo, Nicolás Barja. 


"O pontinismo existe, non é tarde para reivindicalo"


En un barrio marcadp por su carácter ferroviario, y cada vez más, con la próxima construcción de la estación intermodal, considerada como la gran obra en Ourense de este siglo, muchos reivindican que no se deje pasar este tren para poner en valor la memoria de esta parte de la ciudad, hoy el barrio más poblado. Se cumplen 75 años "e xa son poucos os que poden dar un relato en vida do que sucedeu aqueles anos. É o momento de facelo, antes de que sexa demasiado tarde", apuntan desde Vía Vella. 

Entre las propuestas que han realizado,  hacer un Museo de Canedo o señalizar una ruta por la Vía Vella y zonas históricas de Canedo, aunque dicen no haber recibido todavía una respuesta. "O pontinismo existe, a nosa idiosincrasia está moi presente, temos moitas asociacións que traballan e o manteñen vivo", señala Xosé Rodríguez, de Vía Vella. Entre estos colectivos es imposible dejar de nombrar a la Sociedad Artística La Troya, nacida en el Concello de Canedo, en 1923, todo un referente cultural, siendo la decana de ese extinto municipio. 
Recientemente se ha dado un impulso a la memoria, con la recuperación, por ejemplo, de la tradicional Feira do 21, que se celebraba en el Campo do Bellao. 

Ahora, piden desde Vía Vella "algo máis que dar diñeiro para as festas", y sugieren la creación de un "estatus especial", tanto cultural como político. "Non estaría mal  propoñer a creación dun distrito ou algo semellante que poña en valor o que é Ponte Canedo", dice Rodríguez. En el recuerdo quedan compromisos pasados. Así lo recordaba Manuel Martín, presidente de La Troya, que contaba que " cuando se fusionaron Canedo y  Ourense–y esto está escrito en un documento oficial, al parecer– todas las actividades de A Ponte tenía que hacerlas el ayuntamiento de Ourense y tenían que aportar un dinero, que era sobre dos millones de pesetas. Eso se abolió.". A lo mejor, recuperar ese estatus es el camino que señalan. 

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