Héctor R.R. fue absuelto de maltratar y coaccionar a su exmujer cuando vivían juntos en un piso alquilado en Cambeo (Coles). La denunciante aseguraba que el 19 de noviembre del pasado año, tras una discusión con golpes porque ella estaba de baja laboral y quería que cogiese el alta, la dejó encerrada en la cocina. También aseguraba que cuando su marido volvía del trabajo por las tardes cerraba la casa con llave y no podía salir.
Incluso, lo acusó de haberle instalado una aplicación en el móvil para saber en qué lugar se encontraba en todo momento. La jueza del Penal 1 asegura que la incriminación de la perjudicada no es persistente. “En las manifestaciones realizadas ante los agentes que acuden a su domicilio, ante el facultativo que le prestó asistencia, en la denuncia y en este juzgado se observan contradicciones esenciales, no manteniendo la misma versión de los hechos”.
La togada destaca que “la versión de los hechos difiere sustancialmente dependiendo en qué momento se haya realizado”. Y -añade- “no existen datos objetivos de carácter periférico que corroboren las distintas versiones”. El fallo hacer valer el testimonio de una señora de avanzada edad a la que atendía el matrimonio en su propia casa y que la jueza considera “un testigo objetivo e imparcial”. La señora aseguró que desde que se fue a vivir con ellos no vio a Héctor que dejara encerrada a su esposa por las tardes. Tampoco da por hecho probado la instalación de una aplicación de rastreo en el móvil para saber dónde estaba en cada momento.
“No ha solicitado un examen de su teléfono móvil que lo acredite”, recoge la sentencia. Y, además, añade que la denunciante “no ha aportado testigos que puedan verificar que el inculpado acudía donde ella se encontraba a fin de controlarla”.
