Un hombre, Salvador G.C., de 39 años, se conformó con la pena de 10 años, seis meses y 15 días de cárcel durante el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense por seis robos que, presuntamente, perpetró utilizando una jerin guilla y una navaja entre el 31 de enero y el 4 de febrero del 2007 en otros tantos negocios en distintos puntos de la ciudad. El fiscal, que inicialmente pedía 26 años de prisión, la rebajó a 10 tras el reconocimiento efectuado por el acusado.
Diez años, seis meses y 15 días de cárcel. Esta es la condena que aceptó ayer Salvador G.C., de 39 años, en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense por seis robos en negocios de la ciudad, en los que sustrajo 1.524 euros. Los robos fueron cometidos entre el 31 de enero y el 4 de febrero del 2007 después de que el presunto ladrón esgrimiera una jeringuilla manchada de sangre en cinco de ellos y en el otro restante una navaja.
El Ministerio Fiscal solicitó ini cialmente penas que sumaban 26 años de prisión, cuatro años y cuatro meses por cada uno de los robos, pero rebajó su petición de pena a los 10 años, seis meses y 15 días mencionados después de que el presunto autor reconociese los hechos.
Según quedó aclarado en la vista, el rosario de robos comenzó el 31 de enero del 2007 en una librería de la avenida de Portugal, donde el presunto ladrón entró y, tras intimidar a la dueña con una jeringuilla, se llevó 294 euros. Al día siguiente, sobre las seis de la tarde, repetía la operación en un establecimiento de muebles de la calle Nosa Señora da Saínza, en al que sustrajo un botín de 270 euros. Según recoge el escrito del fiscal, el ladrón se dirigía a las víctimas gritando: Dame el dinero o te clavo la jeringuilla.
El tercer robo fue a las ocho de la tarde del día 2 de febrero de 2007 en una parafarmacia de la calle Pura y Dora Vázquez, en la que tras amenazar a las dos trabajadoras, en este caso con una navaja, llegó a poner el arma a la altura del estómago de una de ellas, al tiempo que le reclamaba la recaudación. En total, sustrajo 200 euros. Los otros tres robos fueron en una floristería de la calle Vázquez Núñez, en la que robó 525 euros después de pinchar a la dueña con la jeringuilla en la espalda; en un farmacia de la calle Cardenal Quevedo y en una pastelería de la avenida de Curros Enríquez, de la que se llevó 80 y 150 euros.
El fiscal entiende que en todos los casos utilizó violencia y un arma y, además de los años de pena, solicitó que indemnice a las víctimas con las cantidades sustraídas. La jeringuilla le fue intervenida cuando fue detenido por la Policía Nacional.
El Ministerio Fiscal solicitó ini cialmente penas que sumaban 26 años de prisión, cuatro años y cuatro meses por cada uno de los robos, pero rebajó su petición de pena a los 10 años, seis meses y 15 días mencionados después de que el presunto autor reconociese los hechos.
Según quedó aclarado en la vista, el rosario de robos comenzó el 31 de enero del 2007 en una librería de la avenida de Portugal, donde el presunto ladrón entró y, tras intimidar a la dueña con una jeringuilla, se llevó 294 euros. Al día siguiente, sobre las seis de la tarde, repetía la operación en un establecimiento de muebles de la calle Nosa Señora da Saínza, en al que sustrajo un botín de 270 euros. Según recoge el escrito del fiscal, el ladrón se dirigía a las víctimas gritando: Dame el dinero o te clavo la jeringuilla.
El tercer robo fue a las ocho de la tarde del día 2 de febrero de 2007 en una parafarmacia de la calle Pura y Dora Vázquez, en la que tras amenazar a las dos trabajadoras, en este caso con una navaja, llegó a poner el arma a la altura del estómago de una de ellas, al tiempo que le reclamaba la recaudación. En total, sustrajo 200 euros. Los otros tres robos fueron en una floristería de la calle Vázquez Núñez, en la que robó 525 euros después de pinchar a la dueña con la jeringuilla en la espalda; en un farmacia de la calle Cardenal Quevedo y en una pastelería de la avenida de Curros Enríquez, de la que se llevó 80 y 150 euros.
El fiscal entiende que en todos los casos utilizó violencia y un arma y, además de los años de pena, solicitó que indemnice a las víctimas con las cantidades sustraídas. La jeringuilla le fue intervenida cuando fue detenido por la Policía Nacional.
