Acusado en Ourense de practicar sexo con su hija “para que aprendiese”

Vista exterior del Palacio de Justicia de Ourense. (Foto: Google Maps)
photo_camera Vista exterior del Palacio de Justicia de Ourense. (Foto: Google Maps)
El fiscal pide 12 años de cárcel y que su ADN del acusado se incluya en la base de datos policial para este vecino de Ourense por practicar sexo con su hija

Florin P.P. (46 años), tras casi dos horas de juicio a puerta cerrada, abandonó la sala de vistas de la Audiencia de Ourense como una exhalación, con paso acelerado y sin mirar atrás. Tan siquiera se despidió de su letrada, que también salió del edificio con el gesto enfurruñado. Los últimos en desconectar e irse fueron los magistrados, a quienes, pese a que están acostumbrados en estos últimos meses a sentenciar casos por delitos sexuales de todo tipo, el relato que escucharon ayer, protagonizado por una niña muy pequeña, resonó toda la mañana en sus cabezas. La víctima, que tenía ocho años cuando supuestamente comenzó a sufrir abusos sexuales continuados por su propio padre, no acudió al Pazo de Xustiza. Había una grabación del momento en que prestó declaración en la sala Gesell (permite que las testigos menores de edad y las víctimas especialmente vulnerables y protegidas puedan declarar en condiciones de protección y privacidad).  Según el relato de la niña, en el que el fiscal sustenta su acusación, los tocamientos del padre eran bidireccionales: él tocaba los genitales de la menor y ella debía tocarle el pene. Tenía que aprender para cuando fuese mayor; ya antes de lo había hecho a su media hermana, confesó la perjudicada.

Pérdida de la patria potestad

Por su parte, el fiscal Marío Brualla se limitó a confirmar que había mantenido la acusación tal cual su escrito provisional, en el que reclama una condena de 12 años de prisión para el inculpado; la privación de la patria potestad, además de inhabilitación para cualquier empleo o cargo público o profesión que conlleve un contacto regular con menores de edad y que se le tomen muestras biológicas de su persona y la realización de análisis para la obtención de indicadores de ADN e inscripción de los mismos en la base de datos policial de delincuentes sexuales. La acusación pública pide una indemnización de 25.000 euros “por los daños morales que causó a la niña por la situación que le hizo vivir”.

Florin fue juzgado por abusar de su hija, nacida en junio de 2010,  “desde hacía dos o tres años” antes de enero de 2020 en la casa en la que vivía el progenitor con sus dos hijos pequeños. Todos ellos compartían habitación.  La madre se había ido hacía de casa  tiempo atrás y quedaron con el padre.

La pequeña relató que tenía miedo cuando su padre bebía alcohol y que le gustaba estar con sus padrinos, que no sabían nada de lo que sucedía. Cuando pasaba días con ellos, después lloraba porque no quería regresar a su casa.

Tras judicializarse el caso, los dos hijos que vivían con el inculpado pasaron a ser tutelados por la Administración autonómica.

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