El vacunódromo, en Expourense, abrió ayer sus puertas por última vez. Se cierra así una etapa tras funcionar durante once meses como centro de vacunación para los ourensanos. Sin embargo, el proceso continúa en los tres hospitales del área sanitaria. Esta última jornada estuvo protagonizada por los niños que acudieron a que sus superhéroes favoritos les pinchasen una nueva dosis.
Josefa Rodríguez, coordinadora de la campaña de vacunación, señala que la participación fue masiva: “En el grupo de 18 a 30 años el porcentaje de personas a las que se les administraron las dosis fue del 87% y en el resto superó el 90%”. La coordinadora señala que la de Ourense es el área sanitaria con mayor asistencia de Galicia y apunta a que es “porque aquí las campañas, sean del covid o de la gripe, son muy fuertes y causan efecto”. Además, opina que “la sociedad no tardó mucho en darse cuenta de que esto era la solución. Quedó claro que la enfermedad se padece ahora de forma diferente: es mucho más leve y con menos ingresos”, explica. También disminuyó la presión hospitalaria que se vivió en las primeras olas.
El proceso
Rodríguez hace un balance positivo de los meses de vacunódromo. La gente acudió mayoritariamente tranquila. No hubo grandes sustos, reacciones a la vacuna, ni hubo que trasladar a los asistentes. “Vimos nervios y algún mareo, pero siempre resultó manejable”, explica. Los principales candidatos a “entrar en pánico” fueron, según la facultativa, los adultos que “son mucho peores que los niños”. Los más pequeños protagonizaron lo que la coordinadora identificó como “la parte más bonita de la vacunación”.
Por otra parte, relata que, como sanitarios, vivieron la pandemia con mucha incertidumbre, sobre todo en las primeras semanas, “aunque con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que lo que hacíamos iba a pasar a la historia”.
