Ajeno al desconocimiento que la mayoría de los ourensanos tienen sobre la actividad de Coasa, el personal de la empresa de componentes para la industria aeronáutica que se asienta en la Tecnópole vive un comienzo de año crucial. Este 2013 está lleno de retos, sin duda apasionantes. Los gigantes del sector como Airbus y Embraer han confiado en la factoría que inició su andadura con tímidos pasos hace doce años y que vive ahora un momento pujante.
Yago Fontán, director gerente de la compañía, resume los proyectos en marcha en estos momentos. En primer lugar, empezaremos en breve a fabricar el tren principal de aterrizaje del Airbus A-320, una serie que contempla desde el A-318 al A-321, el avión de mayor éxito comercial en estos momentos, subraya Fontán. Airbus, el gigante de la industria aeronáutica europea ha confiado en Coasa y desde marzo fabricaremos el 25% de la producción, de acuerdo con los planes avanzados por el gerente.
Pero Airbus no es la única. Embraer (Empresa Brasileira de Areronáutica), que produce aviones comerciales (entre ellos aparatos para ejecutivos) y militares, también realiza pedidos a la planta ourensana. Pronto comenzarán a fabricar piezas para un nuevo avión, denominado KC390, con funcionalidad de transporte tanto civil como militar, un proyecto que la empresa brasileña comenzó a desarrollar en el 2006 y que tiene una capacidad de transporte de 21 toneladas, incluyendo vehículos blindados. Para esta aeronave Coasa fabricará el 100% de las partes móviles, entre ellos los flaps (dispositivos que van en las alas y se usan en las maniobras de despegue y aterrizaje) y los alerones. Yago Fontán enfatiza que es el primer proyecto donde la ingeniería de Coasa participa en su totalidad en concurrencia con Embraer y Aernnova, grupo este último en el que está integrada la factoría ourensana. Por otra parte, un contrato directo entre Coasa y la compañía brasileña le permitirá fabricar los estabilizadores horizontales del KC390.
Los retos
Por lo tanto los retos de Coasa son muchos y muy serios para este ejercicio. Su culminación le permitirá superar los 40 millones de euros y mantener la plantilla actual, que asciende ya a 342 empleados, con una envidiable media de edad de 32 años. De la fábrca del Parque Tecnológico salen piezas elaboradas en composite, fundamentalmente fibra de carbono y vidrio, que se emplea sobre todo en las partes móviles de los aviones.
El viento sopla a su favor en estos momentos, ya que el sector aeronáutico crece a una media del 5% anual y se espera que este ritmo se mantenga durante los próximos años, sobre todo gracias a los pedidos de aviones por parte de las compañías de países emergentes. Pero el camino hasta llegar aquí ha estado trufado de dificultades. Coasa quiso adelgazar su plantilla en 37 empleados en el 2010 con un ERE en plena crisis de la industria aeronáutica internacional, aunque la empresa fue capaz de enderezar el rumbo sin soltar lastre laboral.
La firma llegó a Ourense hace doce años bajo el nombre de Gamesa, especializada en la construcción de aerogeneradores y como contrapartida a las concesiones de producción y explotación de energía eólica que había hecho entonces la Xunta. Sus primeros pasos fueron complicados, según reconoce su director gerente y en el 2006 Coasa pasó a integrarse en Aernnova, una multinacional vasca que está entre las diez mejores del mundo en el sector y que a finales del 2011 empleaba a 4.122 personas en sus distintas áreas de actividad, con una cifra de negocio de 476 millones de euros, un 27% más que el año anterior. El grupo ha hecho de la innovación una apuesta sólida, destinando un 15% de sus recursos a I+D+i.
Pensando en el mañana, Fontán advierte que el camino no estará alfombrado de rosas: El futuro está lleno de amenazas, la competitividad es fundamental porque los países de bajo coste laboral están ahí amenazándonos. ¿Qué receta da para que Coasa lidie ese toro? El reto es mejorar los estándares de calidad y mejorar los costes. n
Pero Airbus no es la única. Embraer (Empresa Brasileira de Areronáutica), que produce aviones comerciales (entre ellos aparatos para ejecutivos) y militares, también realiza pedidos a la planta ourensana. Pronto comenzarán a fabricar piezas para un nuevo avión, denominado KC390, con funcionalidad de transporte tanto civil como militar, un proyecto que la empresa brasileña comenzó a desarrollar en el 2006 y que tiene una capacidad de transporte de 21 toneladas, incluyendo vehículos blindados. Para esta aeronave Coasa fabricará el 100% de las partes móviles, entre ellos los flaps (dispositivos que van en las alas y se usan en las maniobras de despegue y aterrizaje) y los alerones. Yago Fontán enfatiza que es el primer proyecto donde la ingeniería de Coasa participa en su totalidad en concurrencia con Embraer y Aernnova, grupo este último en el que está integrada la factoría ourensana. Por otra parte, un contrato directo entre Coasa y la compañía brasileña le permitirá fabricar los estabilizadores horizontales del KC390.
Los retos
Por lo tanto los retos de Coasa son muchos y muy serios para este ejercicio. Su culminación le permitirá superar los 40 millones de euros y mantener la plantilla actual, que asciende ya a 342 empleados, con una envidiable media de edad de 32 años. De la fábrca del Parque Tecnológico salen piezas elaboradas en composite, fundamentalmente fibra de carbono y vidrio, que se emplea sobre todo en las partes móviles de los aviones.
El viento sopla a su favor en estos momentos, ya que el sector aeronáutico crece a una media del 5% anual y se espera que este ritmo se mantenga durante los próximos años, sobre todo gracias a los pedidos de aviones por parte de las compañías de países emergentes. Pero el camino hasta llegar aquí ha estado trufado de dificultades. Coasa quiso adelgazar su plantilla en 37 empleados en el 2010 con un ERE en plena crisis de la industria aeronáutica internacional, aunque la empresa fue capaz de enderezar el rumbo sin soltar lastre laboral.
La firma llegó a Ourense hace doce años bajo el nombre de Gamesa, especializada en la construcción de aerogeneradores y como contrapartida a las concesiones de producción y explotación de energía eólica que había hecho entonces la Xunta. Sus primeros pasos fueron complicados, según reconoce su director gerente y en el 2006 Coasa pasó a integrarse en Aernnova, una multinacional vasca que está entre las diez mejores del mundo en el sector y que a finales del 2011 empleaba a 4.122 personas en sus distintas áreas de actividad, con una cifra de negocio de 476 millones de euros, un 27% más que el año anterior. El grupo ha hecho de la innovación una apuesta sólida, destinando un 15% de sus recursos a I+D+i.
Pensando en el mañana, Fontán advierte que el camino no estará alfombrado de rosas: El futuro está lleno de amenazas, la competitividad es fundamental porque los países de bajo coste laboral están ahí amenazándonos. ¿Qué receta da para que Coasa lidie ese toro? El reto es mejorar los estándares de calidad y mejorar los costes. n
