El fuerte calor, que hoy se combinará con las tormentas, llenó de bañistas las piscinas, las termas y las riberas de los ríos
El calor ha llegado a Ourense y con intensidad pese a que falta una semana para que entre formalmente el verano. Bochorno en las horas centrales, aumento de las temperaturas a medida que se llega al mediodía y, por la tarde, amago de tormenta, marcaron la generalidad meteorológica de ayer en la provincia, donde se alcanzaron los 36 grados de máxima (a la sombra), según informó Meteogalicia; una diferencia de 26 grados con respecto a la noche, cuando la mínima cayó a 13 grados centígrados.
Pero, además, la situación persistirá hoy, aunque agravada con una alerta y más calor. Porque nueve provincias, entre ellas Ourense, tendrán activados avisos de riesgo (nivel amarillo) por tormentas o por temperaturas elevadas, entre ellas Ourense, hasta el punto de que podrán alcanzar los 39 grados, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La "culpa" de este fuerte ascenso de las temperaturas, que sacó a los ourensanos a las piscinas, a las riberas de los ríos y a protegerse del sol bajo las sombrillas, la tiene una masa de aire cálido procedente del norte de África, que aún ejercerá su influencia en toda la Península, también en Galicia, en los próximos días. Por ello, las altas presiones continuarán estacionarias al norte del país, por lo que seguirá llegando aire africano para quedarse una buena temporada. La capital de la provincia ha sido, claro, la más calurosa de Galicia y ese ranking permanecerá el fin de semana. Pero el calor también llegó a las villas, hasta alcanzar los 32 grados centígrados a la sombra en Verín o Carballiño, y rondando los 30 en Ribadavia o Xinzo; todo ello pese a que la temperatura es mayor cuando se produce la exposición a pleno sol. Es por eso que los termómetros callejeros de la ciudad llegaron a marcar 43 y 44 grados.
