El cuerpo del animal permanece a la intemperie pese a los intentos de los vecinos para que lo retiren
nUn vecino de Mesón de Calvos (Taboadela), Jorge Garrido, manifestó ayer su malestar por la falta de implicación de las instituciones a las que llamó tras morir una mula en su vecindario, atada y con una pata posiblemente rota. Él la encontró a comienzos de semana en un camino cercano a su casa. Aseguró que la acémila se encontraba en un estado de salud muy débil y, pese a los cuidados que éste le proporcionó: "Le di agua un par de veces", el animal acabó falleciendo.
Ante el problema de encontrarse con una mula muerta en el camino de acceso a su vivienda, Jorge Garrido se puso en contacto con la Guardia Civil de Allariz, quienes le informaron que debía llamar al 112, servicio que, le dijeron, se ocupa de la recogida de animales muertos. Finalmente, un grupo de bomberos de Pereiro de Aguiar se trasladó a la zona pero "no retiraron el cadáver porque estaba en un camino y no en la carretera".
Tanto José Garrido como su hijo volvieron a llamar al teléfono de emergencias para dar un nuevo parte y, al mismo tiempo, pusieron en conocimiento del alcalde de Taboadela el hallazgo y le solicitaron que hiciese todo lo posible para retirar el animal, que empezó a descomponerse. El regidor, dice el vecino, "nos aseguró que iba a trabajar para que el cuerpo de la mula fuese retirado de la zona en la mayor brevedad posible", pero el animal sigue en la finca.
