La tradicional ofrenda a San Martiño en la Catedral sirvió de marco para que el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, solicitase ayuda al santo patrón de la ciudad para que en tempos de tribulación, os gobernantes saibamos poñernos do lado dos máis débiles. A la misa y procesión acudieron ediles del PSOE y del PP.
Fieles a la tradición, los ourensanos honraron ayer al patrón de la ciudad, San Martiño. Tras el aguacero nocturno, la tregua meteorológica permitió que la procesión del santo entre la Praza Maior y la Catedral transcurriese sin la presencia de paraguas para mayor comodidad de la comitiva que, eso sí, tuvo que variar ligeramente el recorrido por la presencia de la carpa de la Mostra do Patrimonio Inmaterial que organizó la Tenencia de Alcaldía durante los últimos cuatro días.
Tal y como mandan los cánones, la Corporación formó parte destacada de la comitiva, con el alcalde a la cabeza. A Francisco Rodríguez lo acompañaron Áurea Soto, Ana Garrido y Antonio Rodríguez Penín -que portó el estandarte-. En las filas populares la representación fue más nutrida, con Enrique Nóvoa, Mario Guede, Carlos Campos, Odilo Masid, Eloína Núñez, Mónica Mourelo y Belén Iglesias. Fieles a su tradición, los ediles del BNG no asistieron.
El alcalde, Francisco Rodríguez, tomó la palabra en el altar mayor de la Catedral durante la ofrenda a San Martiño. Señaló que vivimos tempos difíciles na nosa sociedade opulenta, tempos de inquedanza, preocupación e desasosiego, justificando que los hombres son dados a olvidar fácilmente os principios xustos e as conviccións firmes que nos orientan cara á decencia intelectual, a limpeza moral e os comportamentos éticos que deben informar a nosa actuación pública e a nosa relación cos demáis. Justificó que con esta falta de justicia y valores corremos o risco, igual que nos días do Éxodo, de entregar o goberno dos pobos en mans dos necios, cando non dos canallas.
Tras identificar al becerro de ouro de las Sagradas Escrituras con la especulación financieira internacional, pidió a San Martiño que ilumine las decisiones políticas, siempre fundamentadas en la esperanza, la igualdad y la justicia, concluyendo que en tempos de tribulación, os gobernantes saibamos poñernos do lados dos máis débiles.
El obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, por su parte, también abogó por primar los principios sociales y la lucha por la justicia y señaló que todos debemos sentirnos implicados, porque tal ben común só se pode acadar coa harmonía na convivencia social. Hai que buscar o camiño da fraternidade.
Un retrato pintado por Fray Luis de Oseira
La ofrenda que el Concello ofreció al obispo se trata de una retrato de San Martiño elaborado por Fray Luis de Oseira, encargado expresamente para el día del patrón de Ourense.
Antiguamente, la ciudad agasajaba al santo con ofrendas florales, algo que poco a poco quedó en desuso por las persistentes lluvias otoñales que impidieron este acto en numerosas ocasiones.
San Martiño de Tours es patrón de la ciudad desde el año 1188, fecha desde la que permanecen en la Catedral las reliquias de este santo que vivió en el siglo IV. Su biografía fue recordada ayer por el obispo de Ourense, relatando que el patrón de la ciudad fue soldado romano y, tras la llamada de la vocación religiosa, terminó siendo obispo de la localidad francesa de Tours en el año 370. Fue uno de los santos más célebres en Europa durante la Edad Media y sólo en Francia cuenta con 3.647 parroquias dedicadas a su figura, tal y como señaló el obispo. Volcó su vida a la ayuda a los más necesitados y en favor de la paz.
Tal y como mandan los cánones, la Corporación formó parte destacada de la comitiva, con el alcalde a la cabeza. A Francisco Rodríguez lo acompañaron Áurea Soto, Ana Garrido y Antonio Rodríguez Penín -que portó el estandarte-. En las filas populares la representación fue más nutrida, con Enrique Nóvoa, Mario Guede, Carlos Campos, Odilo Masid, Eloína Núñez, Mónica Mourelo y Belén Iglesias. Fieles a su tradición, los ediles del BNG no asistieron.
El alcalde, Francisco Rodríguez, tomó la palabra en el altar mayor de la Catedral durante la ofrenda a San Martiño. Señaló que vivimos tempos difíciles na nosa sociedade opulenta, tempos de inquedanza, preocupación e desasosiego, justificando que los hombres son dados a olvidar fácilmente os principios xustos e as conviccións firmes que nos orientan cara á decencia intelectual, a limpeza moral e os comportamentos éticos que deben informar a nosa actuación pública e a nosa relación cos demáis. Justificó que con esta falta de justicia y valores corremos o risco, igual que nos días do Éxodo, de entregar o goberno dos pobos en mans dos necios, cando non dos canallas.
Tras identificar al becerro de ouro de las Sagradas Escrituras con la especulación financieira internacional, pidió a San Martiño que ilumine las decisiones políticas, siempre fundamentadas en la esperanza, la igualdad y la justicia, concluyendo que en tempos de tribulación, os gobernantes saibamos poñernos do lados dos máis débiles.
El obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, por su parte, también abogó por primar los principios sociales y la lucha por la justicia y señaló que todos debemos sentirnos implicados, porque tal ben común só se pode acadar coa harmonía na convivencia social. Hai que buscar o camiño da fraternidade.
Un retrato pintado por Fray Luis de Oseira
La ofrenda que el Concello ofreció al obispo se trata de una retrato de San Martiño elaborado por Fray Luis de Oseira, encargado expresamente para el día del patrón de Ourense.
Antiguamente, la ciudad agasajaba al santo con ofrendas florales, algo que poco a poco quedó en desuso por las persistentes lluvias otoñales que impidieron este acto en numerosas ocasiones.
San Martiño de Tours es patrón de la ciudad desde el año 1188, fecha desde la que permanecen en la Catedral las reliquias de este santo que vivió en el siglo IV. Su biografía fue recordada ayer por el obispo de Ourense, relatando que el patrón de la ciudad fue soldado romano y, tras la llamada de la vocación religiosa, terminó siendo obispo de la localidad francesa de Tours en el año 370. Fue uno de los santos más célebres en Europa durante la Edad Media y sólo en Francia cuenta con 3.647 parroquias dedicadas a su figura, tal y como señaló el obispo. Volcó su vida a la ayuda a los más necesitados y en favor de la paz.
