El plazo para la limpieza voluntaria de fincas con maleza que están cerca de las casas o naves industriales y agrícolas finalizó ayer. A partir de hoy, los titulares de los terrenos que estén sin limpiar serán multados. Los concellos serán los encargados de hacer cumplir la normativa y, en caso de no ser desbrozada la maleza, sobre todo si son pinos, eucaliptos y mimosas, el personal municipal acometerá los trabajos y posteriormente pasará la factura a los dueños.
Los grupos de gobierno ya comenzaron a hacer públicos bandos para que los vecinos limpien el terreno. El objetivo es evitar incendios y, que en caso de registrarse un fuego, que no afecte a bienes no forestales o a personas. Pero la responsabilidad otorgada a las entidades municipales, al igual que en años anteriores está generando discrepancias y malestar, sobre todo por la falta de recursos económicos y materiales. "Agora mesmos temos dous tractores desbrozando, que gastan 300 euros de gasóleo a semana. Se mañá temos que limpar fincas a particulares, que na maioría dos casos nos están equí nin se sabe quen é o titular, a quén lle paso a factura? No Concello non temos partida orzamentaria para gastar en combustible se non se recauda", apuntó el alcalde de Cartelle, Jaime Sousa.
Las lluvias de la pasada primavera facilitaron el crecimiento de la maleza, que no pudo ser desbrozada durante los meses de marzo, abril y mayo a causa del confinamiento de la población para evitar la propagación del coronavirus.
Las brigadas municipales, de la Diputación y Xunta limpiaron sin descanso durante los meses de junio y julio, más de 20.000 hectáreas en márgenes de carreteras, espacios públicos, calles y zonas de recreo, además de monte. Pero aún queda trabajo por realizar sobre todo en fincas privadas cercanas a las viviendas. "A poboación cada vez está más sensibilizada e son moitos os que limpan", afirman en Medio Rural.
Recursos
Pero los alcaldes -que en su mayoría tienen aprobados planes antiincendios- saben que de no tener una franja de seguridad que impida que el fuego llegue a bienes no forestales que puede ir encimar de ellos la acción de la justicia. "A Administración debía dotarnos de máis medios. De non ser así, os concellos non podemos acometer os debroces de fincas particulares. Moitas veces nin se saben de quen son e hai que perder o tempo buscando no Catastro", aseguró el alcalde de A Mezquita, Rafael Pérez.
Este argumento es compartido por la mayoría de los regidores ourensanos. Jaime Sousa es claro: "Pérdome nas notificacións. Non teño persoal para facelas chegar os propietarios das parcelas. De moitos nin sabemos onde viven. Facíanos falta unha oficina so para eso. Hai que entender que temos 94 quilómetros cadrados de terreo", lamentó, puntualizando que la gran mayoría del vecindario cumple la normativa.
El alcalde de Castrelo do Val, Vicente Gómez, también detectó que la mayor parte de sus vecinos ya tienen el terreno desbrozado. "Estamos traballando xa desde fai tempo e estamos levando ben este tema, pero facían falla máis recursos. Os concellos non dispoñemos de persoal nin da suficiente maquinaria para acometer os traballos", explicó.
En la actualidad, todos los concellos mantiene brigadas desbrozando márgenes de carreteras y espacios públicos, además de terreno público cercano a las viviendas.
