ANIVERSARIO

Alcohólicos Anónimos: “Cuesta mucho salir pero la recompensa merece la pena"

Los tres grupos de alcohólicos anónimos de la ciudad festejan hoy su 81 aniversario con una jornada de puertas abiertas

Alcohólicos Anónimos conmemora hoy su 81 aniversario en todo el mundo. En Ourense lo celebrarán con una jornada de puertas abiertas a partir de las 17,00 horas en el local del grupo Esperanza Nueva, situado en A Carballeira. Más tarde, a las 20,00 horas, habrá una reunión en la que se contará con la presencia de una psicóloga. Allí se darán cita el resto de miembros de los otros dos grupos que existen en la ciudad, el de Asunción y Ourense, ambos ubicados en el barrio de As Lagoas.

Entre los tres, suman unas 50 personas, desde jóvenes de 20 años hasta mayores de 70 que acuden a las terapias en grupo con el fin de compartir la enfermedad. En cualquier caso, la enfermedad del alcoholismo no mira ni edad ni profesión. "Nos ayudamos contando las experiencias. Oyes casos tremendos como, por ejemplo, personas que perdieron una flota de camiones por el alcohol y, de repente, se encuentran durmiendo debajo de un puente", asegura uno de los miembros del grupo. No hacen seguimientos y la asistencia es libre. "Vas a las reuniones si quieres. Nadie te dice nada pero, en mi caso, por la cuenta que me tuvo, fui", explicó un miembro de Alcohólicos Anónimos, que empezó a los 16 años. "Cuando salía de fiesta, mientras mis amigos tomaban una cerveza yo a lo mejor bebía siete u ocho". Llegó un momento en el que el alcohol le dominó. "Los temblores no me dejaban hacer nada. Ni tan siquiera darle el biberón a mi hija", añadió. Vivió una separación y tuvo problemas en el trabajo.

"Llegaba siempre tarde y hacía las tareas de mala gana porque como en el trabajo no podía beber, solo pensaba en acabar cuanto antes para hacerlo". Ahora tiene 46 años y dice ser una afortunada al haber entrado en Alcohólicos Anónimos. "Salí de ello. Cuesta mucho pero la recompensa merece la pena".

Otro miembro del colectivo recuerda como el alcohol era "una fuga, un escape de nuestra realidad. Parecía que se iba todo lo negativo de la vida". Afirma, que siempre estaba de mal humor y cada vez consumía más alcohol hasta que un día decidió por su propio pie ir a Alcohólicos Anónimos. Ahora lleva varios años sin beber pero recuerda que el alcoholismo es una enfermedad crónica y no un vicio. "El alcohol es un veneno para nosotros. O tomas cartas en el asunto o sino acabas muerto o en la cárcel", concluyó.

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