Alega que atender a deshora el teléfono le reportó 73 mil euros

Las transferencias que a lo largo de tres años aparecen reflejadas en una cuenta bancaria a nombre de Alejandra María P.R., realizadas desde la empresa en la que trabajaba como administrativa, al margen de la nómina de 990 euros, fueron, según sostuvo la investigada, una especie de "sobresueldo" por atender "el teléfono a horas intempestivas" a su jefe, el mismo que la denuncia por apropiación indebida. En total, 73.157 euros. El empresario que la denunció, R.R.P., viajaba mucho a Colombia, país en el que quería abrir una vía de negocio para reflotar la sociedad y, según la acusada, la llamaba o enviaba mensajes de madrugada por temas relacionados con las importaciones. Los ingresos en su cuenta personal estaban supervisados por él, sostuvo Alejandra María P.R. "Yo no tenía las claves bancarias para ordenar los pagos, solo podía hacer consultas", explicó a la sala de la Audiencia en la primera sesión del juicio. Pero su jefe y copropietario de la mercantil lo negó. No solo las llamadas a deshora desde Colombia -"respetaba las siete horas de diferencia horaria"- sino también los pagos extra. "Nunca manejé caja B; el negocio de la metalurgia es muy transparente y todo va por cuenta", explicó. La madre del empresario, que ejerció de apoderada, explicó que su hijo dejó la tarjeta de coordenadas de firmas a su socio y cree que éste, que llegó a estar en el procedimiento como acusación pero se retiró, se las dio a Alejandra. Su hijo secundó ese argumento. El supuesto desvío de dinero se destapó cuando despidieron a la trabajadora en 2017, porque la empresa iba mal y procedieron a ingresarle el finiquito. Su cuenta se repetía con asiduidad. Aparecían en concepto de "pago varios" sucesivos ingresos desde enero de 2015 a una misma cuenta, cuya titular era la empleada. Había meses con sustanciales ingresos "extra": hasta 5.217 euros en abril. En este proceso también está acusado Jhonny M.R., el marido de la extrabajadora de Sancus Aleaciones, porque era cotitular de la cuenta. A la Policía Nacional, que investigó el caso, le llamó la atención que el inculpado gastaba mucho e ingresaba poco por falta de actividad laboral. Tenía activas hasta 10 tarjetas de crédito y débito . Según el fiscal y la acusación particular, se benefició de las suculentas transferencias de su esposa. Por eso el representante del ministerio público pide que en caso de condena devuelvan el dinero de forma conjunta. Para Alejandra reclama, además, tres años y medio de cárcel y multa (9 meses a seis euros al día). La acusación particular sube a cuatro años y medio y multa de 12 meses (10 euros al día). Para el marido, tres años de cárcel y la misma multa.