Alerta en Ribadavia por los robos en iglesias y vehículos

Una oleada de pequeños robos con destrozos materiales mantienen en vilo desde hace varias semanas a los vecinos de Ribadavia. Los hurtos se producen casi siempre de noche y en repetidas ocasiones en las iglesias y también en vehículos. En las iglesias, no obstante, aprovechan el horario en que permanecen abiertas para que puedan ver su interior los turistas. Quedan únicamente protegidas por una doble puerta interior con ventanas y rejas durante el día, que destrozan de alguna forma para entrar y forzar los cepillos para sustraer el dinero. Las iglesias afectadas en las últimas semanas fueron la de la Virgen del Portal y la de San Juan. Además, uno de los elementos patrimoniales que ha sido objeto de robo en numerosas ocasiones es el Peto de San Antonio, que está en el exterior y que a menudo revientan para apoderarse del dinero pese a que ya han sido colocados candados para impedirlo. En la parroquia de Ribadavia afirman que el problema no es el dinero que puedan sustraer, ya que se trata de pequeñas cantidades, y que lo realmente preocupante son los destrozos materiales que ocasionan, a veces por unas monedas. En el punto de mira de los ladrones Sin embargo, no solo las iglesias y petos están en el punto de mira de los ladrones, ya que también durante las últimas semanas se han producido numerosos robos en el interior de vehículos después de romper una de las ventanillas. Vecinos afectados afirman que desconocen el número de denuncias que se han presentado por estos delitos, pero aseguran que han sido numerosas. En Ribadavia, durante el pasado verano, también habían sido sustraídas las joyas de la Virgen del Portal, pero se trataba de un modus operandi distinto, ya que los ladrones se quedaron en el interior de la iglesia tras la celebración de un culto religioso. Algún tiempo después era recuperada la cadena más valiosa. El presidente de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego, Carlos Fernández Coto, asegura que “habitualmente los robos en las iglesias están relacionados con el despoblamiento del rural, al haber menos gente, más posibilidades de robo”, asegurando que se ha producido un incremento, y señalando que también “hay redes que trafican con el arte y los bienes patrimoniales”.