El homenaje a Alexandre Bóveda en el 73 aniversario de su fusilamiento sirvió para rendir tributo a este ilustre galleguista ourensano y para que otro Alexandre ourensano, Sánchez Vidal, reapareciese tras su renuncia al escaño municipal el pasado 5 de junio. El que fue primer teniente de alcalde del bipartito ourensano formó parte del público asistente al segundo homenaje de este histórico galleguista en lo que va de año. El primero había sido el día de la despedida de Sánchez Vidal de la política activa.
El 17 de agosto de 1936, el galleguista ourensano Alexandre Bóveda Iglesias fue fusilado en Poio después de un juicio que lo había sentenciado a muerte una semana antes. Desde entonces, aquella fecha conmemora el Día de la Galicia Mártir.
Frente a la casa natal de Bóveda, en la rúa da Barreira, representantes de la Corporación municipal realizaron ayer un homenaje póstumo para non esquecer a esta figura, según explicó la portavoz del acto, la nacionalista Isabel Pérez. Entre los asistentes, un tocayo del homenajeado realizó su primera aparición pública después de que el pasado 5 de junio oficializase su adiós a la política. Alexandre, no Bóveda, sino Sánchez Vidal, reapareció en un discreto segundo plano.
El que fuera padre de la Tenencia de Alcaldía y copartícipe en el nacimiento del bipartito municipal regresó alejado de las cámaras que tanto buscó durante la primera etapa del actual gobierno municipal. Bronceado, relajado y con la perspectiva de quien lo ve todo desde la barrera, recibió discretamente los efusivos saludos de gran parte de sus ex compañeros de Corporación. No de todos, pero sí de la mayoría. A los abrazos de su sucesor al frente de la Tenencia de Alcaldía, Andrés García Mata, y de la edil de Comercio, Ana Garza, le sucedió el del alcalde, Francisco Rodríguez, una vez terminado el sentido canto del himno gallego.
Presencia
Sánchez Vidal, que no había asistido al anterior homenaje a Bóveda Iglesias (se produjo el pasado 5 de junio, con miembros de la Diputación y el Concello, misma fecha en la que dejó su acta de concejal), justificó su presencia ayer en la conjunción de dos factores fun damentales: su estancia en la ciudad en período vacacional y la importancia, significativa y emotiva, de la figura de Bóveda. Sin dobles sentidos y sin heridas abiertas. Concibo a marcha da política activa coma unha ruptura sentimental: hai que alonxarse de todo contacto, dijo, para apostillar que apoiarei sempre ao meu partido, pero dende a barreira, onde se vive máis tranquilo.
Y fue con tranquilidad, mucha, con la que transcurrió el homenaje al que asistieron diversos concejales ourensanos del PSOE, BNG y PP, representado en José Araújo.
Aquella Tenencia de Alcaldía que homenajeó en solitario a Bóveda el 25 de julio del pasado año -con lectura de un manifiesto galleguista y ofrenda floral incluidas- se diluyó ayer en un acto institucional conjunto que reunió a los representantes polí ticos bajo el recuerdo de Alexandre. Bóveda Iglesias, que no Sanchez Vidal.
EN DATOS
Alexandre Bóveda Iglesias nació en Ourense el 7 de junio de 1903.
Fue uno de los intelectuales gallegos más importantes del primer tercio del siglo XX y motor del Partido Galeguista.
Durante el juicio que lo sentenció a muerte, en 1936, declaró su amor por su patria natural, Galicia, y pidió ser enterrado bajo su bandera.
Frente a la casa natal de Bóveda, en la rúa da Barreira, representantes de la Corporación municipal realizaron ayer un homenaje póstumo para non esquecer a esta figura, según explicó la portavoz del acto, la nacionalista Isabel Pérez. Entre los asistentes, un tocayo del homenajeado realizó su primera aparición pública después de que el pasado 5 de junio oficializase su adiós a la política. Alexandre, no Bóveda, sino Sánchez Vidal, reapareció en un discreto segundo plano.
El que fuera padre de la Tenencia de Alcaldía y copartícipe en el nacimiento del bipartito municipal regresó alejado de las cámaras que tanto buscó durante la primera etapa del actual gobierno municipal. Bronceado, relajado y con la perspectiva de quien lo ve todo desde la barrera, recibió discretamente los efusivos saludos de gran parte de sus ex compañeros de Corporación. No de todos, pero sí de la mayoría. A los abrazos de su sucesor al frente de la Tenencia de Alcaldía, Andrés García Mata, y de la edil de Comercio, Ana Garza, le sucedió el del alcalde, Francisco Rodríguez, una vez terminado el sentido canto del himno gallego.
Presencia
Sánchez Vidal, que no había asistido al anterior homenaje a Bóveda Iglesias (se produjo el pasado 5 de junio, con miembros de la Diputación y el Concello, misma fecha en la que dejó su acta de concejal), justificó su presencia ayer en la conjunción de dos factores fun damentales: su estancia en la ciudad en período vacacional y la importancia, significativa y emotiva, de la figura de Bóveda. Sin dobles sentidos y sin heridas abiertas. Concibo a marcha da política activa coma unha ruptura sentimental: hai que alonxarse de todo contacto, dijo, para apostillar que apoiarei sempre ao meu partido, pero dende a barreira, onde se vive máis tranquilo.
Y fue con tranquilidad, mucha, con la que transcurrió el homenaje al que asistieron diversos concejales ourensanos del PSOE, BNG y PP, representado en José Araújo.
Aquella Tenencia de Alcaldía que homenajeó en solitario a Bóveda el 25 de julio del pasado año -con lectura de un manifiesto galleguista y ofrenda floral incluidas- se diluyó ayer en un acto institucional conjunto que reunió a los representantes polí ticos bajo el recuerdo de Alexandre. Bóveda Iglesias, que no Sanchez Vidal.
EN DATOS
Alexandre Bóveda Iglesias nació en Ourense el 7 de junio de 1903.
Fue uno de los intelectuales gallegos más importantes del primer tercio del siglo XX y motor del Partido Galeguista.
Durante el juicio que lo sentenció a muerte, en 1936, declaró su amor por su patria natural, Galicia, y pidió ser enterrado bajo su bandera.
