Lo suyo siempre ha sido la música, desde pequeño. Con apenas 11 años, el ourensano Francisco Ropero (Ourense, 1945), que años después sería conocido a nivel mundial como Paco Paco, ya manejaba a la perfección la armónica. Su tío le propuso anotarse en el conservatorio de la ciudad, pero el padre no quiso. "Nunca se lo voy a reprochar, ni mucho menos", asegura Paco Paco. Entonces empezó a frecuentar el Frente de Juventudes, en el Parque de San Lázaro, donde había un trío de armónicas. "Con 12 años ganamos el Festival de A Coruña, nos dieron el primer premio con la canción 'Islas Canarias", recuerda.
Aquel galardón sería el primero de muchos, pero el pequeño Francisco Ropero todavía no sabía cómo arrancar en el mundo de la música: "Me di cuenta de que era un músico, pero no sabía cómo vivir de eso". Los años pasaron, Ropero emigró a Francia todavía sin cumplir los 18 y el camino, en París, se abrió. "Formé parte de algún grupo, como Eddy Mitchell&Les Chaussettes Noires, el batería se rompió una pierna y entré yo para sustituírlo", explica.
La mili lo trajo de vuelta a España, a Málaga. El pase pernocta le permitía tocar por las noches con un grupo, en Torremolinos. "Cobrábamos 350 pesetas diarias, en la mili cobraba 35 al mes", compara. En Málaga conoció a Linda, la belga de la que se enamoró y con la que comparte su vida desde entonces. "Un día la oí tararear y dije 'pero esta chica sabe cantar', esto hay que aprovecharlo", cuenta. Ahí nació Siete, nosotras y ellos, un grupo que llegó a actuar en las fiestas del Corpus de Ourense en el 69, con Julio Iglesias.
Y llegó el “Taka-Takatá"
De gira con el grupo, un verano en Santander, surge la primera versión del "Taka-Takatá". "En Madrid dejé una maqueta de la canción, pero me dijeron que no les interesaba", recuerda. Fue en Bélgica donde la suerte cambió: "Allí monté una tasca muy típica española y con dos camareros españoles, a veces, sacaba la guitarra y nos poníamos a cantar y tocar entre el público".
Pero no sabían cómo empezar la canción de Santander: "Faltaba una introducción y, en la parte de atrás de la taberna, les dije 'vamos a empezar, un, dos, tres, taka takata taka takatá taka takata taka takatá' y listo. La gente reventó el local". Un día, apareció en el bar el productor discográfico de Los Diablos, y le propuso a Ropero grabar la canción. "Me bautizó él. Como en la tasca siempre me pedían 'eh Paco, Paco tráeme esto', 'Paco, Paco ven aquí", me quedó Paco Paco, y mucho mejor que Francisco Ropero claro", bromea el ourensano. El productor quiso grabar aquella canción con la que los clientes de la tasca se subían a la mesa para bailar y cantar: "Eso es el 'Taka-Takatá, es una fiesta, allá donde suena...".
Pum catapum pum pum/ Cómo nos gusta el verano/ Pum catapum pum pum/Pa' levantarnos temprano... "Tuve que grabar otra canción, porque los discos tenían dos caras, pero nadie la conoce, nadie cambia la cara, se queda en el 'Taka- Takatá", cuenta. El disco estaba acabado en diciembre del 71: "El productor lo vendió en una feria de música a 65 países, que sacaron adelante sus versiones. Mi suerte es que yo soy el autor-compositor del tema".
Reconocimiento ourensano
Paco Paco consiguió, desde aquel año, cumplir su sueño de la juventud, vivir de la música –"Y bastante bien", señala–. "Dejé el bar, claro, el productor me dijo que no podía estar a una cosa y a otra, y se lo dejé a mi cuñado", explica.
Años después se mudó a Málaga, donde reside actualmente. "Pero yo siempre voy con mi bandera de Ourense detrás, no me olvido de mis raíces, jamás", dice el músico, que vuelve al menos una vez por año para encontrarse con viejos amigos y volver a los lugares de la infancia. "Voy a la calle Reza, que es donde nací, voy por Doctor Fleming, recuerdo mi antiguo colegio... Me encanta volver", asegura.
Familiares y amigos de Paco Paco echan de menos el reconocimiento de su éxito musical en la "terriña" ourensana, y reclaman una calle de la ciudad en su honor. "Soy el ourensano más internacional, y a todos los lugares que fui siempre dije 'eh, yo soy de Ourense'. Estoy orgulloso de ser de aquí", resalta.
La saga continúa
Los dos hijos Ropero continúan con la profesión del padre: "Timmy como músico es un fenómeno, ha escrito para mucha gente. Su hermano Jerry también es músico, en el otro cazo, en el house, hace house latino, también es buenísimo".
El gusanillo de la música sigue en Paco Paco, ya jubilado. "Timmy tiene su estudio en el bajo de casa, y cuando está haciendo cosas me llama para escuche y opine", dice. Tiene un grupo con antiguos amigos con el que actúa en causas benéficas. "Y también pertenezco a un club donde hay una coral grande, y voy los jueves allí, para pasarlo bien", dice.
