El alto coste de la energía dispara en Ourense las consultas sobre calefacciones limpias

Josep Borrell, alto representante de la UE para Política Exterior, pidió la semana pasada a los europeos que bajasen la calefacción para reducir la dependencia energética de Rusia y esquivar el alza de la luz y el gas. El caso es que los ourensanos están buscando sus propias alternativas centradas en el autoconsumo. La constante subida de precios de la energía ha provocado un aluvión de consultas para modificar los sistemas de calefacción tradicionales (eléctrica, de gas, o de gasoil) por métodos que fomenten la transición hacia el uso de energías más eficientes y limpias para tratar de ahorrar en el principal gasto energético de un hogar español. La mayoría de los expertos en el sector apuntan a la aerotermia, acompañada con placas fotovoltaicas, como la alternativa limpia más viable para los hogares, sobre todo de nueva construcción. Juan Carlos Valado, propietario de Electricidad Valado, asegura que está recibiendo “moitísimas” consultas sobre variantes a las calefacciones tradicionales, sobre todo relacionadas con la aerotermia acompañada de una instalación de placas solares. Este sistema se basa en bombas de calor que extraen la energía ambiental contenida en el aire mediante un ciclo termodinámico para aportar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente todo el año, cuya principal ventaja reside en la eficiencia y la reducción de costes, además de no generar ningún residuo. Rentabilidad Como principal desventaja, Valado menciona la elevada inversión inicial, que iría desde los 4.000 hasta los 8.000 euros y tardaría en amortizarse un periodo de ocho o diez años. Por otra parte, Valado explica que “non en todos os casos é recomendable facer este tipo de inversións, porque para aforrar 15 euros nun piso que teña un gasto moi pequeno, é desproporcionado”. Además, indica que este tipo de energías de autoconsumo implican una modificación del modo de vida. El experto también cree que “a xente que está preguntando rematará dando o paso, porque en vivendas novas xa se deu. De cada 10 vivendas, nove xa levan aerotermia”. Para alcanzar la máxima rentabilidad, Valado recomienda que el sistema de calefacción sea de suelo radiante, lo que aumenta el rendimiento de la aerotermia, que funciona mejor a temperaturas bajas. A día de hoy, las bombas de calor generan más de 4 kw/h por cada kw de consumo y algunas ya producen más de seis. El cambio del suelo radiante por radiadores tradicionales reduciría este margen hasta un 50%, ya que necesitan más temperatura para funcionar, por lo que el gasto es mayor. Modelos híbridos Por su parte, Antonio López, de Calefacciones Ourense hace mención a los modelos híbridos, que combinan sobre todo la aerotermia con fuentes tradicionales como el gas o el gasoil para paliar algún posible déficit energético. Con todo, indica que “todo depende de la instalación que se quiera hacer, del consumo y de la inversión que cada persona está dispuesta a realizar”. Las estufas de pellets son un reclamo “de temporada” Otra de las alternativas más de moda en los últimos años son las estufas de pellets, pero éstas tienen demanda principal en los meses de otoño, cuando los ciudadanos se preparan para el invierno. Según Jorge Bermello, “son un producto de temporada, como puede ser un paraguas o un aire acondicionado”. Destaca que el pico de venta de este tipo de instalaciones se concentra en octubre y noviembre. Sobre las ventajas e inconvenientes, Bermello subraya como principal traba que “en el caso de un piso, es preciso hablar con la comunidad de vecinos por la necesaria salida de humos, y es complicado que se den ese tipo de permisos, porque tendrían, por ejemplo, que salir por la fachada”. Sin embargo, este tipo de estufas permiten, a diferencia de las de leña, regular la temperatura a través de un termostato, pudiendo mantener una temperatura uniforme durante más tiempo. Otra ventaja es la limpieza, muy “rápida y sencilla” en el caso de los pellets, que contrasta con las dificultades de las instalaciones de leña. En cuanto a la inversión, Bermello sitúa la horquilla de precios entre los 600 euros “y el infinito”, aunque la inversión media suele estar entre los 800 y los 1.000 euros.