Sonia L.F. fue acusada ayer en el Penal 1 de dos delitos de amenazas continuados por los que el fiscal reclamó una condena de cuatro años de cárcel , ya que le aplica la agravante de cometer el delito por motivos ideológicos y con connotaciones nazis.
Según sostuvo la acusación pública, la inculpada, entre abril y agosto de 2011, se dedicó a enviar anónimos a dos vecina de Allariz que compartían vivienda. El primero fue depositado, en dos sobres a nombre de cada una de las mujeres, en las dependencias de la Policía Local, en donde había trabajado una de las víctimas, con amenazas en las que le advertía que 'no dejes de vigilar tu espalda' o insultos del tipo 'lesbiana de mierda, hay que acabar con la basura', dejando al final un saludo nazi:'Heil Hitler'.
Ya en el mes de julio aparecieron pintadas en la cristalera y paredes cercanas a la peluquería que regentaba una de ellas en la ciudad. Incluso, entre la verja y la cristalera del negocio, aparecieron dos cigarrillos unidos por un petardo, simulando un artefacto explosivo. Los anónimos siguieron con advertencias de 'prender fuego'. En la puerta de casa de la dos mujeres, incluso apareció una caja de bombones y dos notas manuscritas, un de ellas con chistes alusivos a lesbianas y en la otra les desea que mueran 'de un colapso de azúcar o cáncer de pulmón'.
Las víctimas, totalmente aterrorizadas, se vieron obligadas a colocar una videocámara con la que fue descubierta la autora de los anónimos. La inculpada llegó a reconocer los hechos, alegando que su única intención era 'gastarles una broma'.
Ya en el mes de julio aparecieron pintadas en la cristalera y paredes cercanas a la peluquería que regentaba una de ellas en la ciudad. Incluso, entre la verja y la cristalera del negocio, aparecieron dos cigarrillos unidos por un petardo, simulando un artefacto explosivo. Los anónimos siguieron con advertencias de 'prender fuego'. En la puerta de casa de la dos mujeres, incluso apareció una caja de bombones y dos notas manuscritas, un de ellas con chistes alusivos a lesbianas y en la otra les desea que mueran 'de un colapso de azúcar o cáncer de pulmón'.
Las víctimas, totalmente aterrorizadas, se vieron obligadas a colocar una videocámara con la que fue descubierta la autora de los anónimos. La inculpada llegó a reconocer los hechos, alegando que su única intención era 'gastarles una broma'.
