Amencer, 35 años de sueños

Los grupos de tiempo libre de Amencer, ayer en la Praza Maior soplando las velas del 35 aniversario.
photo_camera Los grupos de tiempo libre de Amencer, ayer en la Praza Maior soplando las velas del 35 aniversario.
La Asociación Xuvenil Amencer nació gracias a un sueño de un grupo de alumnos de Salesianos, y, desde aquel día, miles de ourensanos han pasado por sus cientos de actividades

Por la Asociación Xuvenil Amencer pasaron, el último año antes de la pandemia, 15.000 usuarios y más de 550 voluntarios. Pero toda historia tiene un inicio. Corría el año 1987 y un grupo de jóvenes, estudiantes de último curso del colegio Salesianos, empezaron a soñar con otra forma de pasar el tiempo libre. Ahí comenzaron las dos primeras actividades: el Campamento Urbano y la Operación Quilo. Desde esa primera vez, “nas que non habería nin 100 persoas”, explica Xulio César Iglesias, gerente de la asociación, fueron llegando más jóvenes, también de otros colegios, para hacer de Amencer la institución tan consolidada en la ciudad que es a día de hoy.

Después de esas primeras actividades, hace más de tres décadas, fueron incorporándose “máis soños”. Todos los proyectos tienen un número romano: “Hai 22 anos que alguén soñou co Bosco Music, hai 13 anos que alguén soñou coas Mañás de Nadal… e iso é o bonito de Amencer, que demostra que ano tras ano hai xente que soña con ese tempo libre alternativo e educativo”.

Supervivientes

Pero una de las cosas de las que más presumen en Amencer es haber logrado sobrevivir a la pandemia del covid. Lo han conseguido gracias a esas personas que soñaron con un campamento urbano posible, “en pleno confinamento, algo que parecía impensable, pero acadouse o obxectivo”. Y si lo lograron fue gracias a ese sentimiento de unión que se forja al haber participado en sus actividades.

Iglesias indica que “hai moitos voluntarios que só poden axudarnos nalgunhas actividades, pero sempre que volven a Ourense teñen un oco para Amencer”. Esa “participación xuvenil” que explica Iglesias es otra de las fortalezas de la asociación, ya que “non dependemos de catro persoas que iniciaron o proxecto, senón que cada ano hai un grupo de xente que apoia con algo novo”.

De esta forma, ayer, todos juntos en la Plaza Mayor pudieron soplar las velas de una tarta que bien podría ser la representación de esa “gran e peculiar familia que integra a moitas outras” que es Amencer y que, en tiempos en los que no había la oferta de ocio de la que hoy en día dispone la ciudad, fue capaz de ofrecerle a los jóvenes una forma didáctica, diferente y divertida de pasar su tiempo libre.

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